La noche que Kobe y Pau se pusieron 'chulitos' con Kidd y Nowitzki

Unido
septiembre 11, 2008
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Murcia
Los Lakers rompieron la racha de cinco victorias consecutivas de Dallas con una gran victoria, 114-107, liderada por Kobe Bryant (35 puntos) en un partido de altos vuelos que rebosó calidad e intensidad.

Los locales registraron una sólida actuación de sus titulares, todos ellos en dobles figuras. Pau Gasol acabó con 14 puntos y 7 rebotes, mientras que Andrew Bynum sumó 18 tantos y 10 rebotes.

Por los Mavericks destacó el reserva Jason Terry, con 29 puntos.

El conjunto tejano exhibió acierto y garra en un inicio de juego fluido y sólida defensa, pero los Lakers, que entraron al partido con una marcha menos que su rival, se repusieron rápidamente con un parcial de 12-0.

Bryant volvía a liderar el ataque de los suyos, aunque sin buenos porcentajes, mientras que Pau Gasol se empleaba a fondo en defensa con Nowitzki, la referencia de Dallas junto a Jason Kidd, que endosó a los angelinos un par de triples.

En el segundo cuarto ocurrió la anécdota del partido. Kobe y Pau aprovecharon unos instantes de parón -los colegiados revisaban una decisión- y retaron a Kidd y a Nowitzki a un dos contra dos en media cancha, pero los árbitros, ante las risas de los jugadores, lo zanjaron antes de que diera comienzo.

El conjunto de Rick Carliste acabó la primera mitad dominando (51-57) y un triple de Jason Terry que se salió de dentro en el último segundo provocó que Gasol se fuera resoplando al vestuario.

Los californianos suelen sentenciar y arrasar en las segundas partes. Esta vez la conclusión resultó más apurada, porque vieron cómo los Mavs volvían a la pista a tope de revoluciones (57-69).

Los de Phil Jackson, algo nerviosos, empezaron a protestar cada acción que no les señalizaba a su favor, pero lejos de perder la concentración, se dejaron llevar por el rugir del Staples Center y emprendieron la remontada (84-78, m.38), sellado con dos acciones consecutivas de Gasol, un mate de Andrew Bynum y una entrada de Trevor Ariza, en un parcial de 17-0.

El baloncesto, qué duda cabe, es un estado de ánimo. Y los Lakers, en trance, son imparables. Volvían las sensaciones de encuentros anteriores pero Dallas se mantenía al acecho (98-93, m.42) gracias al acierto desde el perímetro de Kidd.

Llegaron los instantes decisivos y, con ellos, las diabluras de Bryant, que sumadas a algunas jugadas de gran valor de Ariza impulsaron a los locales (106-95). Suficiente para que los californianos se apunten su decimotercera victoria de la campaña, la sexta consecutiva.

Fuente: Marca
 
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