En los tiempos que corren y mucho más con esta herramienta de veloz difusión llamada Internet, hay que tener los ojos bien despiertos para no caer en los miles y miles de trucos y timos que surgen casi por cualquier parte del mundo.
El último nos llega desde Serbia, y se ha convertido en un pequeño fenómeno de la red. Seguramente os lo habréis encontrado en alguna página, en vuestro correo en forma de mail-cadena o incluso lo habréis visto en la televisión. Se trata del niño magnético, un video viral que ha corrido como la pólvora por todos lados causando un asombro inusitado.
Sin embargo, algo no cuadra en todo esto... Sobre todo, después de observar en varios vídeos que no solo se le quedan adheridos objetos de metal, sino también objetos de plástico o porcelana. No suena muy magnético.
La respuesta a todo este misterio es más simple de lo que podríamos pensar. Al niño magnético serbio deberíamos llamarle más bien: "El pegajoso niño serbio"
Así es como lo titulan en el portal científico "LiveScience", que nos recuerda que no es la primera vez que alguien proclama sus supuestos poderes magnéticos y que, en realidad, estos dotes de atracción del niño se deben más a la grasa corporal que a un supuesto y extrañísimo magnetismo interno.
La piel humana segrega, a través del sudor, sustancias pegajosas y aceites dérmicos. Evidentemente, no todas las pieles son igual de pegajosas, algunas lo son más que otras, como en el caso de nuestro niño serbio.
LiveScience nos descubre también que, evidentemente, si se le acercara una brújula al niño tampoco obtendríamos ninguna variación, y que nos encontramos ante uno de los tantos y tantos intentos de ciertos padres por conseguir sus breves minutos de gloria en televisión (y quizá, algún ingreso extra).
Además, en el video podemos observar claramente como el niño se echa hacia atrás "ayudando" a que los objetos continúen pegados, lo que parece indicar que el pillín se tiene bien aprendida la lección.
Fuente
El último nos llega desde Serbia, y se ha convertido en un pequeño fenómeno de la red. Seguramente os lo habréis encontrado en alguna página, en vuestro correo en forma de mail-cadena o incluso lo habréis visto en la televisión. Se trata del niño magnético, un video viral que ha corrido como la pólvora por todos lados causando un asombro inusitado.
Sin embargo, algo no cuadra en todo esto... Sobre todo, después de observar en varios vídeos que no solo se le quedan adheridos objetos de metal, sino también objetos de plástico o porcelana. No suena muy magnético.
La respuesta a todo este misterio es más simple de lo que podríamos pensar. Al niño magnético serbio deberíamos llamarle más bien: "El pegajoso niño serbio"
Así es como lo titulan en el portal científico "LiveScience", que nos recuerda que no es la primera vez que alguien proclama sus supuestos poderes magnéticos y que, en realidad, estos dotes de atracción del niño se deben más a la grasa corporal que a un supuesto y extrañísimo magnetismo interno.
La piel humana segrega, a través del sudor, sustancias pegajosas y aceites dérmicos. Evidentemente, no todas las pieles son igual de pegajosas, algunas lo son más que otras, como en el caso de nuestro niño serbio.
LiveScience nos descubre también que, evidentemente, si se le acercara una brújula al niño tampoco obtendríamos ninguna variación, y que nos encontramos ante uno de los tantos y tantos intentos de ciertos padres por conseguir sus breves minutos de gloria en televisión (y quizá, algún ingreso extra).
Además, en el video podemos observar claramente como el niño se echa hacia atrás "ayudando" a que los objetos continúen pegados, lo que parece indicar que el pillín se tiene bien aprendida la lección.
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