Salto B.A.S.E.
Modalidad del paracaidismo, consistente en saltar desde un objeto fijo, no desde una aeronave como es lo habitual en paracaidismo. La palabra "B.A.S.E." es un acrónimo, por sus siglas en inglés, que significan las cuatro categorías de objetos fijos de donde se puede saltar.
Building - Edificio.
Antenna - Antena (chimeneas o torres de tendido eléctrico).
Span - Puente, también puede ser un pilar de un puente colgante.
Earth - Tierra (precipicio o formación natural).
Las siglas "B.A.S.E." fueron acuñadas por el cineasta Carl Boenish, quien en 1978 filmó los primeros saltos de El Capitán, (Parque Nacional de Yosemite, California), hechos usando paracaídas rectángulares y la técnica de tracking o deriva en caída libre y que definieron de hecho el salto B.A.S.E. moderno.
El salto B.A.S.E. es considerado por muchos como el más extremo entre los deportes extremos. Es considerablemente más peligroso que el paracaidismo saltando de avión, y se mira actualmente como un deporte extremo marginal. El riesgo es enorme, una simple brisa puede arruinar el salto. En unos pocos segundos puede dejar de ser una actividad extrema para convertirse en un suicidio. De hecho la mayoría de escuelas y asociaciones de paracaidismo no aceptan dentro de sus estatutos practicar este peligrosísimo denominado deporte extremo.
Habitualmente se utiliza un solo paracaídas especial, esto es: diseñado, construido y plegado específicamente para esta actividad. El uso de otro paracaídas de reserva, como se hace en los saltos de avión, no tiene mucho sentido ya que habitualmente se salta desde muy poca altura, comparado con un salto de avión. Se trata pues de saltos muy breves, en los que no habría tiempo de activar un paracaídas de reserva, en caso de que el paracaídas principal fallara. Es por ello que los paracaídas usados se asemejan más al paracaídas de reserva, que al principal, de los usados en salto de avión.
Los mayores problemas suelen ser:
Giro de 180º en el momento de la apertura del paracaídas, seguido de choque contra la pared desde la que se salta: este es el mayor riesgo si saltas desde un acantilado por ejemplo. Si al abrir el paracaídas te encuentras en una posición asimétrica, es decir, con un hombro más bajo que otro por ejemplo, puede que una parte del paracaídas se llene de aire antes que la otra y gires bruscamente, debes reaccionar lo más rápidamente posible y corregir tu posición.
Line Twist: el paracaídas gira sobre sí mismo en el momento de la apertura, quedando las cuerdas enredadas a lo largo y el saltador girado con respecto a la dirección de vuelo. La forma normal de solucionarlo es patalear en el aire y separar las bandas con las manos, para intentar que el cuerpo gire a su vez sobre sí mismo en la dirección que lo ha hecho el paracaídas, deshaciendo así el enredo.
Line Over: ocurre cuando una de las cuerdas del paracaídas o la cuerda que tiene atado el pilotillo queda atrapada por encima de la tela impidiendo la completa apertura del paracaídas. Se debe intentar que el paracaídas se infle lo máximo posible.
Suele haber problemas si se salta con el equipamiento para saltos desde aviones. Un salto B.A.S.E. ha de hacerse con el equipamiento específico para salto B.A.S.E., ya que las necesidades, tiempos de apertura y fuerzas que actúan en la apertura del paracaídas son muy diferentes.
Antes de iniciarse en el salto B.A.S.E. se necesita dominar suficientemente la caída libre, lo que se puede conseguir habiendo realizado antes de 200 a 250 saltos desde un avión. Existen muchos sitios alrededor del mundo donde praticarlo. Kjerag en Noruega es uno de los sitios más altos desde donde se puede saltar, con una altura de unos 1000 metros.
Los saltadores B.A.S.E. han querido ir más allá y se les ha quedado pequeño el paracaidismo de avión. Los saltos B.A.S.E. se hacen generalmente de altitudes mucho más bajas que las habituales en paracaidismo y en proximidad cercana al acantilado o a la torre que proporciona la plataforma del salto. Además un saltador B.A.S.E. adquiere en el salto una velocidad aérea más baja que un paracaidista, debido a la altitud limitada, y muy raramente llega a la velocidad terminal de un paracaidista.
Los paracaidistas usan el flujo de aire para estabilizar su posición, permitiendo que el paracaídas se abra de forma limpia. Los saltadores B.A.S.E., cayendo a velocidades más bajas, tienen menos control aerodinámico, y pueden voltearse y perder el control. La posición del cuerpo en el momento de saltar determina la estabilidad del vuelo en los primeros segundos, antes de alcanzar la suficiente velocidad aérea para permitir la estabilidad aerodinámica. En saltos B.A.S.E. a baja altura la apertura del paracaídas ocurre durante esta fase temprana del vuelo, así que si una mala salida conduce a un volteo con pérdida del control, el saltador tal vez no pueda corregirlo antes de la apertura. Si se despliega el paracaídas mientras el saltador está volteando, hay un riesgo elevado de enredo o de malfuncionamiento. También puede suceder que el saltador no esté encarado en la dirección correcta. Una apertura estando girado de esa manera, mirando en una dirección distinta a la que se tenía en el momento del salto, no es problema en paracaidismo; de hecho resulta indiferente en la mayoría de las ocasiones. Pero aperturas encarado en mala dirección, que han conducido a golpear el objeto del cual se saltaba, han causado graves lesiones y muertes en salto B.A.S.E.
Hay ejemplos aislados de saltos B.A.S.E. que datan de finales del siglo XVIII.
En 1783, Louis-Sébastien Lenormand hizo el primer salto en paracaídas de la torre del observatorio de Montpellier, precediendo al salto de un globo de Garnerin.
En 1912 Frederick Law saltó de la Estatua de la Libertad.
En 1913 Štefan Banič saltó de un edificio para hacer una demostración de su nuevo paracaídas a la oficina de patentes de los E.E.U.U. y a los militares.
En 1913 un estudiante ruso, Vladimir Ossovski (ВладимирОссовский), del Conservatorio de San Petersburgo, saltó del puente de 53 metros de altura sobre el río Sena en Ruán (Francia), usando el paracaídas RK-1, inventado un año antes por Gleb Kotelnikov (1872-1944). Ossovski planeó saltar de la Torre Eiffel también, pero el alcalde de París no lo permitió. (Información de la edición rusa del compartimiento de GEO, de la edición 11, el noviembre de 2006, GEO).
En 1966 Michael Pelkey y Brian Schubert saltaron de la pared de “El Capitán” en el valle de Yosemite.
El 9 de noviembre de 1975, la primera persona en lanzarse en paracaídas de la Torre CN (Torre Nacional de Canadá) en Toronto, Canadá, era un miembro del equipo de construcción, Bill Eustace. Fue despedido.
En 1975, Owen J. Quinn, hombre desempleado, se lanzó en paracaídas de la torre sur del World Trade Center para llamar la atención sobre la grave situación de los parados.
En 1976 Rick Sylvester saltó del monte Asgard, en Canadá, para la escena de apertura de la película de James Bond, La Espía Que Me Amó, mostrando al mundo su primera visión del salto B.A.S.E.
A lo largo de la historia ha habido muchos saltadores B.A.S.E. muy buenos, pero desgraciadamente muchos de ellos ya han fallecido. Uno de estos pioneros fue Dwain Weston, el primero en introducir las acrobacias en este deporte. Falleció durante una acrobacia extrema en el año 2003, al calcular mal la distancia con el puente que debía sobrepasar. Dwain fue un referente para mucha gente, que al verlo quedó impresionada con sus saltos y siguieron sus pasos. Uno de ellos fue Jeb Corliss, uno de los mejores en estos momentos en salto B.A.S.E. Jeb ha saltado en los lugares mas insospechados, desde las Torres Petronas en Malasia, hasta la Torre Eiffel en Francia.
Como dijo Rick Sylvester: es como morir y ver pasar tu vida durante tres segundos ante tus ojos, luego la calma y despues el subidon de adrenalina mas grande que he sentido nunca.....
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