Avance Puppeteer

Empezamos a mover los hilos de Kutaro en una obra repleta de magia y diversión

Si trazáramos una línea temporal en esta generación que delimitara la proliferación de juegos de un determinado género, encontraríamos seguramente el momento en el que los títulos de plataformas en dos dimensiones volvieron a con fuerza a la palestra ofreciendo características muy específicas e innovadoras. En concreto, y por trazar un ejemplo, muchos desarrolladores aprovecharon el potencial tecnológico para dar rienda suelta a una creatividad artística total que alcanza su máximo esplendor en aventuras de desplazamiento lateral.

Seguramente, al nivel de las superproducciones lideraras por editoras importantes, es posible que Rayman encabezara esta nueva explosión con Rayman Origins, que evidenciaba que a estas alturas y después de una larga hegemonía de las tres dimensiones, propuestas de interacción clásica tenían su lugar en la industria. Y en esta tendencia descubrimos hace un año que Japan Studio quería colocar su granito de arena a este nuevo auge, presentando Puppeteer como opción sorprendente que pudiera hacerse hueco en este nuevo escenario.

Y en parte así fue. No fueron pocos los que se sorprendieron cuando en la pasada Gamescom se presentara la nueva propuesta de uno de los estudios first-party de Sony. La puesta en escena, el colorido mostrado y la curiosa historia que empezaba a darse a conocer impactaron de tal forma que lograron catapultar el anuncio como uno de los más importantes de la feria europea en dicha edición. De nuevo, las plataformas en un plano bidimensional iban a ser las protagonistas, pero alrededor del género la propuesta artística parecía apuntalar la aventura de una manera casi única.

Por lo que hemos podido comprobar en una versión bastante avanzada del juego, así es. Y es que, aquella simpática marioneta sin cabeza y los escenarios casi de cartón piedra expuestos, no eran una mera decoración que se hubiera pensado para sorprender a la vista, es que su contextualización nacía justamente de estar ante un escenario repleto de vida, ante una función interactiva llena de sorpresas.

De esta forma, la historia da comienzo enmarcada en un escenario similar al que podríamos encontrar en un teatro con un telón que se abre para descubrir todo lo que alberga en su interior. Ante la función, un narrador que nos acompañará en perfecto doblaje al español como si de una verdadera obra se tratara, con un público ficticio también presente que será capaz de aplaudir, jalear y emocionarse con cualquiera de los acontecimientos que se vayan llevando a cabo en el transcurso de Puppeteer.

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Mientras tanto y ante nuestros ojos, a la inmensa variedad de sonidos ambientales que nos trasladarán a la butaca de cualquier teatro, se le sumarán los brillantes efectos visuales que acaparan la atención de una manera increíble. No podría ser de otra manera que la puesta en escena del gran Rey Oso Luna amenazando las almas de los pobres inocentes destacara tanto. La fuerza que posee el plantemiento de la historia reside justamente en la forma que tiene de mostrarse al jugador, con una serie de secuencias que van tomando forma como si un montaje escenográfico rapidísimo y coordinado se fuera produciendo con cada nuevo cambio de lugar.

Justo de esta manera vemos como el pobre Kutaro pierde su alma y es transformado en marioneta. Una más, otra víctima de las despiadadas artes de este tirano que amenaza la paz de todo el mundo. Aunque no es lo único que el desdichado muñeco pierde, pues su cabeza saldrá volando rápidamente por culpa del Rey Oso Luna, dando comienzo entonces una aventura cargada de humor, magia y espectacularidad que nos llevará a realizar las acciones más curiosas por alcanzar el objetivo final.

Entre ellas, y como no podemos ir por ahí sin nada que caiga sobre nuestros hombros, una de las características jugables más originales con las que contará Puppeteer es la capacidad de intercambiar las diferentes cabezas que se nos ofrezcan durante la aventura. En más de una ocasión hemos hablado de esta funcionalidad como aspecto clave que diferencia el juego de otras propuestas, y hemos comprobado en esta versión avanzada que así es. Kutaro podrá intercambiar hasta 4 cabezas diferentes para adornar su parte superior, realizar acciones únicas gracias a cada una de ellas y mantenerse con vida ante lo innumerables peligros que le acecharán.

Porque todas estas cabezas son como un seguro de vida que dispondremos para avanzar. Si nos golpean, perderemos la cabeza –de verdad- y si no conseguimos recuperarla en un corto espacio de tiempo, desaparecerá, perdiendo uno de los seguros disponibles que garantizan la integridad de nuestro pequeño personaje. Pero que no cunda el pánico, pues en muchos rincones de cada uno de los escenarios cambiantes podremos encontrar muchas más cabezas, y es que hay más de 100 que podremos colocarnos dependiendo de la situación en la que se encuentre la historia cada vez.

En estas labores de recolección es donde entra también uno de los aspectos más novedosos del juego. Mientras vamos saltando de plataforma en plataforma estaremos acompañados de un simpático gato mágico que recibe el nombre de Ying Yang, y que nos hará compañía durante todo este recorrido. Controlándolo con el stick diestro, podremos moverlo a nuestro antojo por toda la pantalla gracias a su capacidad de volar, inspeccionando algunos de los elementos susceptibles de tener algún objeto oculto que nos pueda ayudar.

Incluso este simpático compañero podrá ser controlado por algún amigo para ayudarnos en la aventura. Puppeteer ofrece la posibilidad de que otro jugador coja el mando y controle al gato Ying Yang, haciendo de todo esto un trabajo en equipo interesante que saque a la luz un disfrute en compañía que se retroalimente del espectáculo visual, sonoro y de las dosis de humor con las que cuenta el juego.

Aunque, si hay algo que nos ha sorprendido en esta toma de contacto y que ya pudimos descubrir en muchos vídeos, es el funcionamiento de las tijeras mágicas que reciben el nombre de Calibrus. Durante los primeros compases de la historia que, lógicamente, sirven para introducir la aventura y plantear un tutorial, nuestro objetivo será hacernos con el poder de esta curiosa herramienta que posee el Rey Oso Luna. Una vez alcanzado dicho punto, la jugabilidad queda desplegada haciendo de todo el repertorio de acciones algo variado y totalmente armónico con los aspectos técnicos antes descritos.

Estas tijeras no sólo nos servirán para derrotar a los enemigos que nuestro mayor enemigo nos vaya colocando en el camino, sino que será una herramienta de plataformas necesaria para superar las dificultades más extrañas. Tanto hojas, como telares, cordones o cualquier cosa susceptible de ser cortada, servirá de senda para cruzar algún tramo concreto del camino, escalar un castillo o desplazarnos rápidamente por el lateral de la pantalla.

Sobre todo se nota la capacidad interactiva del título cuando confluyen en el mismo plano el poder de las cabezas, la capacidad del gato y las posibilidades que dan las tijeras. Como hemos dicho antes, la armonía que desprende el equilibrio de cada vertiente ha sido la sorpresa más grande que hemos descubierto en este anticipo de Puppeteer, pues denota un esfuerzo tremendo por ofrecer un resultado realmente cohesionado que logre enganchar al usuario por varios motivos, y no sólo por la buena calidad de alguno de ellos de manera aislada.

Con todo, quedamos a la espera de comprobar el acabado global de la aventura repleta de magia que nos plantea Japan Studio. Las primeras sensaciones son sin duda inmejorables, aunque se desmarque algo en el desarrollo de propuestas más trepidantes como puedan ser las de Rayman, por continuar con el ejemplo del principio. Puppeteer parece apostar por el preciosismo artístico, la presencia de una narración que atrapa y el desarrollo algo más pausado con una interacción novedosa y ciertamente cautivadora, aunque sólo el próximo día 12 de septiembre, con el juego en las tiendas, podremos comprobar que estas buenas impresiones se acaban de materializar.