Medal of Honor: Airborne

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La primera entrega en PS3 de ésta laureada saga no se hace esperar. Unete a los aliados y libera al mundo de la invasión Nazi entrando en escena desde los mismísimos cielos.
Por Stewie 8 febrero, 2008

El nombre de «Medal of honor»

A dia de hoy, Electronic Arts posee un buen número de franquicias que han dejado una mella inborrable en la historia de los videojuegos. El legado de la compañía estadounidense es amplio y de una calidad que, a pesar de ser cuestionada frecuentemente, no deja de vender juegos como churros y crear ordas de fans allá por donde pisa.

Como es de esperar, dichas sagas son continuadas con el fin de seguir ofreciendo las mismas gratas sensaciones que nos han aportado con el paso de los años, y de generar un renovado y vivaz interés a la comunidad gamer a través de nuevas apuestas, dentro de lo que ha venido siendo la fórmula mágica habitual.

Entre todo su material, la saga Medal of honor nos ha acompañado en prácticamente todas las plataformas desde sus primeros pasos en PSone, significando entonces uno de los primeros shoot´em up ambientado en la segunda guerra mundial. Y, aunque su nivel de calidad ha sufrido altibajos importantes, en el bloc de notas de casi cualquier fan de los FPS ha permanecido bien anotada la fecha de lanzamiento de cada una de las entregas. Su fama, y su temporal hegemonía en el pasado, no han dejado indiferente a nadie.

Airborne es quizás, sin miedo alguno a mencionarlo, el episodio que menos espectación ha generado. Tal vez por la seria competencia que estamos presenciando en la nueva generación y últimos pasos de la anterior, quien sabe. El caso es que, inevitablemente, los atributos que mostraba el material promocional del título no han cuajado de la manera que lo hicieron algunas de sus precuelas, y el gato al agua se lo han llevado otros.

Pero el título se merece un alto en nuestro camino. Nos detenemos para explorar a fondo toda ésta maquinaria que se nos ofrece y comprobaremos si realmente ésta entrega merece llevar por título unas siglas tan honoríficas (valga la redundancia) como MOH.

Gráficos

Hablando claramente, y como ya hemos mencionado, MOH: Airborne no representa un despliegue técnico innovador o ambicioso. Lo cierto es que algunos de los elementos que veremos nos irán recordando a la vieja escuela de la saga, siempre salvaguardando la lógica evolución técnica, pero con un márgen de mejora considerable.

Esto no significa que se trate de un título que no tenga nada que ofrecer a la vista del jugador. En el transcurso de nuestra partida iremos viendo enormes escenarios dignamente representados e incluso sobresalientes en algunos de sus puntos, y que incluyen un detallismo a la altura. Así, seremos testigos de variados enclaves,(algunos de ellos nocturnos) en países como Italia, Francia, Holanda o Alemania, representados con dimensiones muy reales, que consiguen una sensación de profundidad digna de mencionar. Comprobaremos gratamente algunas texturas simulando efectos de luz en paredes de piedra, pavimentos desgastados o superficies metálicas, que nos dejarán un buen sabor de boca.

En Airborne, tanto la emoción que impregna en el sentido de la jugabilidad, como la calidad técnica, parece seguir una línea ascendente. La primera vez que nos impresionamos con el entorno gráfico, es cuando llegamos a la ciudad holandesa de Niejgmen (cuarta fase), donde podremos disfrutar de un auténtico espectáculo en forma de un precioso lugar mermado por la pólvora, y donde nos veremos impresionados de la vida y profundidad que desprende. Es decir, no podríamos valorar por completo el trabajo técnico del título sin llegar hasta el mismo final, ya que nuestra opinión irá variando con el paso de las horas juagadas.

Aún así, el juego muestra detalles que lo degradan de manera frustrante para el jugador. Cuando juegas a MOH: Airborne, y la experiencia te parece grata, lamentas sin duda alguna que éste título no haya sido trabajado con algo más de tiempo y esfuerzo. Porque no faltarán horribles detalles en forma de algunas pésimas cargas de los escenarios, (donde podremos ver aparecer una ventana entera por arte de magia), explosiones totalmente bochornosas, (no se explica como es posible ésto en PS3) o efectos de simulación del fuego bastante desfasados.

Los soldados que corretean por nuestro alrededor lo hacen luciendo unas animaciones y un nivel de detallismo óptimos. Seremos capaces de diferenciar cada uno de los distintivos en las indumentarias bélicas, apreciar una buena cantidad de movimientos en los personajes y observar efectos muy conseguidos, como los aterrizajes de nuestros compañeros de la 82 aerotransportada, (aunque sus paracaídas desaparezcan cutremente) o el avance de los mismos hacia el duro enemigo, ya sea a rastras, sorteando obstáculos o arremetiendo frontalmente.

En el fragor de la batalla seremos testigos de una representación capaz de adentrarnos en la mismísima acción. Todo está pensado para transmitir esa tensión e intensidad que se siente ante el peligro de ser abatido y el deber de cumplir una vital función. EA ha conseguido que los enfrentamientos nos hagan sentir parte del intenso barullo, personificándonos como uno más entre la muchedumbre. De modo que, tanto un bando como el otro, toman acciones muy variadas, en algunos casos hasta imprevisibles, un punto muy a favor de la ambientación.

Es en el apartado de la optimización del juego en el que se muestra la cara más amarga. Esta versión de PS3 presenta fallos en las cargas de los escenarios, descensos del framerate y una fluidez que, generalmente, resulta un tanto aparatosa cuando nos encontramos inmersos en la acción. Se dan situaciones como congelaciones de pantalla al explosionar un objetivo, ralentizaciones en momentos clave o apariciones repentinas de elementos escénicos, sobretodo en las secuencias inciales de cada misión, mientras aterrizamos con nuestro paracaídas y podemos observar los enormes escenarios desde los cielos.

Un trabajo inestable el que nos ofrece EA en ésta nueva entrega de MOH, pero que mantiene unos atributos que bien podrían valer más de una opinión favorable.

Sonido

Sorprendentemente, la banda sonora de ésta entrega de la saga se presenta como un factor muy secundario que toma recursos e ideas básicas de trabajos anteriores. Se puede apreciar ese sonido sinfónico que disfrutamos gustosamente en el «Frontline», e incluso da la impresión de que se repiten fragmentos de las melodías. Pero, en esencia, esa omnipresencia majestuosa que otorgó la música en algunas precuelas, se ha perdido incomprensiblemente. Aún a pesar de que cumple su función correctamente, esperábamos mucho más en éste nuevo episodio.

Los efectos sonoros están recreados a las mil maravillas, y consiguen darnos las sensaciones que buscamos en un título semejante. Todos los característicos sonidos de armas como la MP4, la ametralladora Thompson o el rifle Springfield de precisión, son completamente perfectos, y crean un gran tapiz bélico, junto a explosiones, rugidos de motor o chirridos de monstruosos Panzer.

Todas las voces están dobladas al español, cosa que siempre es de agradecer en cualquier videojuego. Aunque sinceramente, éste no es un apartado digno de destacar, ya que se muestran planas y algo carentes de la emoción que se supone que impregna a un hombre en una horrible y sangrienta situación como es una batalla.

Jugabilidad

La trama de éste Airborne es prácticamente inexistente. Sabemos que somos un cabo llamado Travers y que pertenecemos al ejército de los EE.UU, pero nada más. Al principio de cada misión, formamos parte en una reunión explicativa a través de diapositivas, breve y concreta, para instantes despúes aguardar nuestro turno de salto al vacío.

Y llegamos al punto caliente de éste título. En cada una de las seis misiones que compondrán el juego, irrumpiremos en la batalla a través de los cielos.

En un principio, éste hecho podría parecer trivial, pero lo cierto es que funciona realmente bien. Como ya hemos mencionado con anterioridad, los escenarios son sorprendentemente grandes. Y lo son porque en ellos deberemos cumplir una lista de objetivos que podremos abarcar en el orden que nos plazca. Esto da mucho juego y nos hace desquitarnos de esa sensación de linealidad que nos acecha en la mayoría de títulos FPS.

EA ha hecho los deberes en éste sentido, porque nos será posible, (dentro de lo que es el escenario) aterrizar, literalmente, donde nos apetezca, abriendose así un abanico de posibilidades interesante. En nuestra mano está comportárnos como el resto de compañeros y aterrizar en las «zonas certeras» señaladas con sendas bengalas verdes, buscar tejados o lugares elevados para darle brío a nuestro rifle de precisión o ir a lo loco por zonas plagadas de nazis. Esto último, poco recomendable.

Llevaremos en todo momento la ya típica brújula-radar, que nos posicionará todos los objetivos y los enemigos más cercanos a través de iconos o puntos rojos. Sólo es cuestión de decidir a donde dirigírnos e ir completando la fase.

Tendremos a nuestra disposición un buen puñado de armas, todas ellas reales y de la época, las cuales podremos ir mejorando a medida que acertamos con ellas. Rifles de asalto, de precisión, ametralladoras, granadas de tres tipos, pistolas, escopetas o variados modelos de fusiles, serán nuestro fiel apoyo para culminar triunfalmente, y nos será posible configurar nuestro equipo antes de cualquier misión..

Necesitaremos utilizar bien todo nuestro arsenal, porque éste Airborne es realmente difícil de tratar. Seleccionando el modo campaña en dificultad «normal», nos veremos más de una vez en serios aprietos, y deberemos hacer uso de todo nuestro ingenio para superar cada una de las variadas situaciones que viviremos. Porque el enemigo es muy rápido, trama emboscadas, se mueve para conseguir mejores ángulos de tiro y tiene una puntería muy peligrosa. Incluso exageradamente excesiva en algunos casos. Eso si, por parte del bando aliado, la IA no muestra tan buena cara, pero cumple con su cometido correctamente.

De hecho, el título puede llegar a desesperar en alguno de sus momentos. Como es lógico, la dificultad va en aumento, y si nuestro propósito inicial es ponernos a matar alemanes a lo loco, tardaremos bien poco en desistir y tomar la vía precavida. Sin duda, ésto es una auténtica virtud.

Travers se moverá de manera muy tradicional en un FPS. El movimiento del cursor está bien ajustado, y podremos saltar, agacharnos, apuntar con la mirilla, inclinárnos hacia un lateral para obtener un mejor ángulo de tiro o golpear con nuestra culata sin ninguna dificultad.

El modo campaña es corto, realmente corto. Como ya hemos mencionado, el juego consta de seis fases que podremos completar en unas siete u ocho horas. Algunas de ellas, debido a la diversión que finalmente nos ofrecen, se completan con una brevedad decepcionante. Obviamente, esto es algo que podría echar atrás aspiraciones de compra.

Para sumar alicientes y duración a MOH: Airborne, EA ha implementeado un modo on-line de un máximo de ocho jugadores. En él podremos jugar algunos típicos modos, como «deathmatch», «Captura la bandera» o todos contra todos». Algo que se agradece bastante, pero que queda a trilenios luz de lo que ya podemos disfrutar en otros FPS, y de manera harto más espectacular y divertida.

«Entre tú y yo»

Bueno, una vez más introduzco nuevo material en mi PS3. Aunque ésta vez se trata de una saga muy conocida para mi, puesto que el episodio de «Frontline» y el de «Rising sun» fueron proyectados por mi televisor en su dia ofreciéndome muchas horas de diversión.

Había comprobado con cierto malestar que el nuevo episodio no era demasiado impresionante. Todo esa imponencia gráfica que veíamos pasar en forma de «Call of duty 4» o «Unreal tournament 3» no se podía apreciar por ningún lado. La cosa parecía bastante sosa.

Con ésta idea preestablecida, comencé a jugar, y lo primero que me horrorízó fué la optimización. Sinceramente, después de comprobar como PS3 puede mover entornos gráficos bastante más complejos, no podía entender bien como se presenta un título en ese estado. Repleto de parones descomunales o malas cargas de escenario, que emborronan cruelmente las virtudes que se puedan hallar.

Bueno, ya visto como se las habían gastado, hice de tripas corazón y me puse a superar obstáculos. Y vaya, la cosa del paracaídas tenía su gracia. He de reconocer que en un principio todo eso me sonaba a «quiero y no puedo ser original». Pero mi opinión iba cambiando con el transcurso del juego.

Comencé a pasarlo bien y a olvidar la idea de que estaba machacando el Sixaxis con la única finalidad de realizar un análisis. Todo iba en aumento, gráficos, diversión, variedad de situaciones… Así que no me costó en absoluto llegar hasta el final, e incluso de disfrutar en el proceso.

El tema de la banda sonora me molestó un poco. Si hay algo que no tiene ningún FPS bélico como lo suele tener la saga MOH, es sin duda su música, que siempre le ha otorgado esa épica aura tan distintiva. Y en Airborne ése aspecto, a pesar de que tampoco está mal, ha flaqueado bastante.

Bueno, un MOH que pudo ser tremendamente bueno, pero aún no entiendo bien el porqué lo han dejado en la estacada.

Conclusiones

Finalmente, éste MOH: Airborne ha llegado al catálogo de PS3 sin hacer mucho ruido, y parece que se perderá en el olvido de la misma forma, debido sobretodo a un trabajo que alberga unas magníficas virtudes, pero que es duramente castigado por sus concretos defectos.

De todas formas, el juego se mantiene como un material recomendable para los fans del género, que no desestimarán el nivel de diversión que ofrece su desarrollo, o los detalles técnicos que se esconden detrás del negro telón.

Es exactamente así, Airborne es lo que es y no ha podido ser. Nos quedamos con las ganas de un capítulo apoteósico de la saga, que cuente con todos los ingredientes suficientes como para tildárlo de «must have». El nombre de «Medal of honor» no es para menos. O eso pensamos muchos fans del videojuego.

Lo mejor: Su entretenido desarrollo. La mecánica del paracaidísta y el escenario abierto, funciona muy bien.

Lo peor: La mala optimización, y su corta duración.

76
Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 7.25
Sonido: 8.25
Satisfacción: 6.75