Análisis Dark Souls II – La Corona del Rey Hundido

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El viaje por las coronas perdidas comienza
Por César Rebolledo 27 agosto, 2014

Cuenta la leyenda que, hace mucho, mucho tiempo, un antiguo rey levantó el Santuario Eterno para venerar al gran dragón. Sin embargo, un día el dragón despertó y los templos y la ciudad se vinieron abajo poco después… Escuchad la llamada, guerreros que viajáis a través de Drangleic. Escuchad el retumbar de un rugido que viene de las profundidades del Abismo… Aventuraros más allá del Desfiladero Negro para recuperar la Corona del Rey Hundido, antigua posesión de un monarca del que ya nadie se acuerda y que forma parte de las coronas perdidas…

FromSoftware nos presenta el primero de los tres contenidos descargables que formarán parte del Pase de Temporada de Dark Souls II, última entrega de la exitosa franquicia en la que la muerte, el desafío y terribles enemigos nos acechan detrás de cada esquina.

Para aquellos que tengan el contenido descargable, indicamos que la forma de acceder al DLC es llegar al Desfiladero Negro, pasar más allá del lugar donde luchamos con El Podrido, hasta la Hoguera Primordial. Un poco más allá veremos un altar, a través del que llegamos a la nueva zona. Sólo aquellos que hayan adquirido el DLC podrán cruzar las siguientes puertas, donde nos espera lo desconocido.

Evidentemente, tratándose de un contenido descargable, no se puede esperar mucha diferencia en lo que a detalles técnicos se refiere, es decir, gráficos, jugabilidad… Las cosas, lógicamente se mantienen iguales. Pero sí que se aportan unos cuantos añadidos bastante interesantes.

En primer lugar, son tres áreas completamente nuevas, que sin ser excesivamente laberínticas, nos van a dar más de un quebradero de cabeza.

Comenzamos en Shulva, Ciudad Santuario. Al poco de llegar veremos algo que nos dará seguramente un pequeño susto que no revelaremos, pero que sirve para ponernos en guardia durante todo el descenso. Esta zona está caracterizada por tener un montón de caídas y niveles diferentes. Un paso en falso y acabaremos en el fondo del abismo. Diseminadas por la zona hay una serie de pilares que, al golpearlos, cambian el nivel de ciertas plataformas, dando acceso a nuevas áreas de éste mapeado.

El peligro añadido lo componen las criaturas que nos esperan por el lugar. Shulva está habitada principalmente por una especie de humanoides mutantes armados con todo tipo de cosas, desde mazas hasta lanzas, pasando por armas de larga distancia. Sus proyectiles pueden envenenarnos rápidamente, lo que unido a su velocidad a corta distancia y que suelen aparecer en grupo puede ponernos en serios aprietos.

También, en un determinado lugar, veremos otro tipo de enemigo insectoide capaz de corroer nuestro equipo rápidamente, lo que unido a que también aparecen en grupo puede suponer un serio problema. Llevad fuego. Mucho fuego.

La siguiente zona que veremos es el Gran Santuario del Dragón, un mapa un tanto laberíntico. Repartidos por todo el lugar hay varios interruptores que tendremos que buscar y golpear, bien para mover una sección circular a través de la que podamos abrir un pasillo, una puerta o quitar de en medio molestos pinchos.

Los enemigos aquí son aún más peligrosos. Además de los insectos, tenemos a brujas que lanzan peligrosos maleficios. Ni siquiera una vez acabemos con ellas estaremos a salvo, porque tienen la mala costumbre de lanzar una nube de veneno o de maldición al caer. Si atacáis cuerpo a cuerpo, dad un paso atrás. Además, en las profundidades del Santuario habitan unas extrañas bestias, capaces de dar cuenta de vosotros sin ningún miramiento.

Junto a estos enemigos tenemos unos peligrosos espectros que se cruzarán varias veces en nuestro camino, hostigándonos a cada paso con veloces movimientos con espadas dobles o con una ballesta en cada mano. Podemos acabar con ellos a golpes, pero su defensa es realmente elevada. El método correcto de eliminar a estos enemigos es buscar sus cadáveres y destruirlos, momento en el que los espectros se volverán corpóreos y podremos acabar con ellos sin tantos problemas.

Por último, también hay una cueva en la que el mayor peligro es el veneno que tendremos que hacer frente, lanzado desde distintas estatuas como las que ya conocemos del Desfiladero Negro y La Alcantarilla. Parece ser que un trío de viajeros se perdió en esta cueva hace tiempo y han podido perder la cabeza… o quizás, como nosotros, sólo buscaban la Corona y nosotros estamos en su camino.

Y cómo no, un largo descenso hasta el lugar de reposo de la Corona del Rey Hundido, en las profundidades del abismo. Pero la Corona no descansa tranquilamente, un antiguo mal que ha despertado la custodia…

Crown of the Sunken King ofrece estas localizaciones y enemigos, así como dos nuevos sets de armadura, piezas de equipamiento varias, dos nuevas armas entre las que destaca una espada serpiente (como la que usa Ivy en Soul Calibur, para los que no sepan lo que es), dos jefes totalmente nuevos y, cómo no, la Corona como objeto equipable.

En general supone una buena experiencia, la dificultad es quizás un poco más elevada de lo que hay en el juego normal pero sigue sin llegar al límite de exasperarnos. La duración del DLC, quizás lo peor del contenido, está en torno a unas tres o cuatro horas, ya que las mazmorras no tienen demasiados caminos alternativos. Para los cazadores de trofeos, hay que aclarar que al menos éste primer contenido no añade más.

La Corona del Rey Hundido se presenta como una buena expansión de la aventura principal, que si bien no es tan larga como a los fans les gustaría, dejará un buen sabor de boca.

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Jugabilidad: 10
Gráficos: 9.5
Sonido: 8.5
Satisfacción: 8.5

Análisis

Crown of the Sunken King amplía la experiencia de juego de forma bastante decente, con un buen desafío y un espectacular combate final al borde del abismo, en las fronteras de lo posible