Análisis Sacred 3

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Los héroes en Ancaria vuelven más cooperativos que nunca
Por Ricardo Fernández 1 agosto, 2014

Tiempo ha que la primera entrega de esta franquicia pisara los ordenadores personales con una propuesta de juego totalmente diferente a la que hoy os contamos. Por aquel entonces corría el año 2004 y Ascaron se sacó de la chistera un videojuego que mezclaba la acción más directa y un alto componente rpg con similitudes de los grandes Baldur’s Gate y compañía, colosos del género rol. Este presentaba una vista isométrica en dos dimensiones que asemejaba todavía más al anteriormente mencionado.

Con Sacred 2: Fallen Angel, el videojuego puso rumbo también a consolas de su actual generación, Xbox 360 y PlayStation 3. En ese momento el título se alejó un poco más de sus inicios para ofrecer un juego algo más sencillo para el jugador y ayudándose de la tecnología para mostrar gráficos en 3D. Esto hizo que la cámara Sacred 2: Fallen Angel se pudiera manejar prácticamente a nuestro antojo, e incluso a convertirlo en un juego puramente en tercera persona, aunque con ciertos matices y estorbos varios.

En esta ocasión con Sacred 3, desarrollado por Keen Games, volvemos un poco más a los orígenes de la saga en términos jugables y conservando su vista isométrica, pero con un renovado aspecto gráfico que, sobre todo en lo artístico, deja con un buen sabor de boca.

La historia nos sitúa en una Ancaria demacrada y antiguamente dominada por la Matriarca Elfa Oscura. Con ella derrotada por unos héroes del pasado, su hijo Zane juró venganza sobre los demás porque era él quien quería matarla. Este malo maloso además de declarar la guerra al pueblo ancariano, se vio enfrascado en la búsqueda de un poderoso artefacto, el Corazón de Ancaria. Sin embargo, una serafín llamada Telari volvió de un misterioso viaje dispuesta a frenar a Zane junto con Aria, la primera hija de padres inmortales que además tiene poderes telepáticos y nuevos héroes con ganas de derrocarlo de una vez por todas.

Esos héroes, como habréis deducido, somos nosotros. Marak el Guerrero Safiri, Vajra el Arquero Khukuri, Claire la Paladín Serafín y Alithea la Lancera Ancariana. Cuatro clases aparentemente diferentes entre sí pero que básicamente atacan todas a melé salvo el Arquero. Además todas son perfectamente manejables e intuitivas salvo la última mencionada ya que el apuntado con arco se basa en zona y no en puntería propiamente dicha. Más adelante os explicaremos un poco más acerca del combate.

Cada héroe cuenta con dos tipos de ataque de índole normal y dos habilidades especiales que requieren el uso de un poder especial. Uno de estos ataques normales será capaz también de destrozar defensas, activar palancas u otros objetos, detener trampas o empujar y coger enemigos. Lo que vendría a ser una navaja suiza, vaya. Las dos habilidades especiales son también distintas para cada héroe y van desde un simple pisotón del Guerrero hasta a una bomba de hielo dejada en el suelo por parte de un Arquero. La jugabilidad tiene más tintes de un hack ‘n’ slash que de algo más estratégico, aunque no llega a cansar del todo gracias a la amplia variedad de habilidades, armas y equipamiento que podemos conseguir a lo largo de todo el juego. Las habilidades se desbloquean con el aumento de nivel de personaje y previo pago de monedas y estas a su vez podrán mejorarse gracias a un pequeño árbol de talentos.

Sacred 3 es un roguelike en toda regla que cuenta con escenarios sobradamente detallados y amplios como para que cada pantalla nos cueste alrededor de 20 o 30 minutos completarla. La nota negativa es que a diferencia de Diablo III, aquí los escenarios no son aleatorios, así que pierde ese encanto de no jugar siempre la misma partida. Sin embargo ya os avisamos de que la importante variedad de localizaciones que recorreremos en nuestra aventura son más que suficientes como para no aburrirnos ni por un segundo. De hecho tenemos que (y debéis) aplaudir el trabajo artístico que han realizado en el videojuego. Los escenarios son enormes, llenos de detalles y genialidades por todas partes, el acabado gráfico de los mismos es más que impactante y, como ya hemos mencionado previamente, muy muy variado. Aunque no hemos encontrado ninguna opción que nos diga el tiempo estimado que hemos estado jugando a Sacred 3, para completar la historia principal hemos calculado que hemos empleado más o menos unas 10 horas, aunque todo depende también de si hemos jugado solos, en cooperativo o haciendo uso de este modo esporádicamente.

[break=Página 2]Este modo es sin duda alguna la piedra angular de Sacred 3 y la que ofrece una mayor diversión. El videojuego está permanentemente conectado a internet para mostrar en el menú de misiones las partidas disponibles que hay para poder unirnos a las que queramos o para que los demás jugadores se unan a nuestra aventura. Entrar en una partida es tan fácil como elegir una de la lista, pulsar X y aparecer en la ubicación donde se encuentre en ese momento el anfitrión. Si no queremos que nadie nos moleste, bastará con activar una opción que hará que ningún usuario pueda entrar en nuestra partida. Por desgracia este modo de juego no ofrece prácticamente ninguna configuración al respecto ni tampoco dispone de un chat de texto con lo que las opciones se basan a colarse/entrar en una partida y repartir estopa para luchar por las primeras posiciones -o completar el juego-. La única configuración posible es que podemos buscar partidas de cualquier nivel o las que más se ajusten al nuestro. El modo multijugador es posible jugarlo tanto en local con hasta tres mandos más u online.

Gráficamente el juego es agradable a la vista aunque la potencia de PlayStation 3 ya se queda algo corta para todo lo que se quiere mostrar en pantalla. Esto se puede ver reflejado claramente en algunos efectos gráficos que no pasan de ser meros sprites o en que el juego pegue tirones considerables cuando hay mucha carga gráfica. Se nota también en la pobre resolución a la que funciona Sacred 3, la cual muy probablemente no llegue a 720p y tire de reescalado. Sin embargo también hemos notado que la parte donde más renqueante funciona es al inicio del juego. La música es bastante notable, con melodías bien definidas y épicas… pero hay un «pero». Y es que no comprendemos por qué la música funciona por un lado y lo que ocurre en pantalla por otro. Es decir, quizás estamos investigando tranquilamente alguna zona libre de enemigos y de pronto suena una melodía cañera más propia de repartir guantazos que de lo que en realidad estamos haciendo. Esto ocurre con bastante frecuencia y hace que reste credibilidad a lo que vemos en pantalla.

Sacred 3 es un gran juego intermedio a esperas de Diablo III: Ultimate Evil Edition. Aun a pesar de su duración y de que no cuente con elementos aleatorios, un juego con un cooperativo tan bien ideado es muy rejugable aunque tampoco es que sea casi infinito como el título de Blizzard. Más allá de sus fáciles misiones secundarias esparcidas por el mapa y subir de nivel, Sacred 3 no ofrece más que su modo historia. El juego está traducido al castellano, es divertido y una compra bastante aconsejable si nos gusta el género, sobre todo por la calidad artística del mismo. En nuestra opinión hubieramos preferido un juego algo más cercano y complejo como su primera parte, pero este enfoque tampoco está del todo mal. Ardemos en deseos de ver de qué es capaz la franquicia en su cuarta entrega si deciden desarrollarlo en PlayStation 4. El resultado podría ser espectacular.

77
Jugabilidad: 8
Gráficos: 8.5
Sonido: 7
Satisfacción: 7.5

Análisis

Sacred 3 es un gran juego con un potente multijugador. Artísticamente precioso y suficientemente variado como para no aburrirnos de él. Sin embargo PlayStation 3 es una consola que ya se le queda corta.