Análisis Transformers: The Dark Spark (PS3)

48
Se pueden transformar en vehículos, pero no en juegos buenos...
Por David Soriano 29 julio, 2014

Se acerca el estreno de la próxima entrega cinematográfica de Transformers, que llevará por título en esta ocasión La era de la Extinción. Tras reventar las taquillas en su estreno estadounidense, Activision publica el videojuego Transformers: The Dark Spark en PS3 y PS4 para aprovechar el tirón comercial de la franquicia. High Moon abandona el desarrollo de estas adaptaciones tras un par de entregas bastante buenas –War for Cybertron y Fall of Cybertron– y el resto bastante malillas. ¿Será The Dark Spark de unas o de otras? La respuesta en las siguientes líneas -si aún no te ha dado por mirar la nota-.

Tras haber podido ver ya la cinta protagonizada por Mark Wahlberg que se estrenará en España el próximo 8 de agosto, podemos certificar que no trata de representar los acontecimientos que en ella se pueden ver. En este sentido es encomiable que se arriesguen a relatar otros hechos del vasto universo Transformers. El problema es que tras completar los 14 niveles de los que se compone el juego, no terminamos de entender qué quiere contar Transformers: The Dark Spark.

Nos explicamos. En los dos juegos que hemos mencionado anteriormente, y que han sido el culmen de las adaptaciones que se han realizado, las campañas tenían caminos alternativos: uno para Autobots, otro para Decepticons. En esta ocasión se nos mezclan fases de uno y otro bando sin que lleguemos a comprender exactamente el motivo. Ni siquiera estamos hablando de una historia con cierta continuidad contada desde dos puntos de vista distintos. Son fases inconexas y que rompen totalmente el equilibrio argumental con la mezcla de mundos -y transformaciones- entre Cybertron y las respectivas a la película.

En cuanto al sistema de juego, continuará el clásico estilo del shooter en tercera persona. Las transformaciones en vehículos son más circunstanciales que otra cosa y simplemente servirán para encuadrar a los personajes que protagonizan este juego. Se dividen en dos clases principales, aquellos que se transforman en coche y los otros que se transforman en vehículos aéreos. En cuanto a los primeros, su manejo es pésimo. Controlando por ejemplo a Drift, que es un Bugatti Veyron comprobaremos ya desde el principio que ese bólido no se mueve de manera tan artificial. El comportamiento de estos vehículos no remonta ni haciendo uso del turbo o empujón con los que se cuenta. Los voladores sí resultan más útiles en esta transformación, pues permiten llegar a zonas no accesibles para la forma robótica y además su manejo no es del todo malo.

En adición a estas formas, también tendremos un Dinobot y un Insecticon. Teniendo en cuenta que en el multijugador sí aparecen más de estas formas, nos parece que se desaprovecha sobremanera uno de los principales atractivos -aunque es verdad que en la peli pocos Dinobots veremos-. El sistema de progreso tampoco supone una revolución ni hace que el conjunto gane puntos. Repartidos por el escenario encontraremos paquetes de equipamiento que nos surtirán de personajes para el multi, armas y una serie de habilidades que aportarán tan sumamente poco que pasaremos olímpicamente de ellas.

Teniendo en cuenta lo prescindible de la campaña, saltamos al multijugador con la esperanza de resarcirnos en cierta manera. El modo principal por excelencia es el conocido como Escalada, en el que afrontaremos una serie de oleadas de enemigos con posibilidad de ser jugadas en cooperativo para hasta 4 jugadores. Como siempre, la dificultad irá acrecentándose con el paso de las oleadas, hasta completar las 15 disponibles. Podemos repetir una y otra vez en los 8 mapas distintos en los que podremos competir. No todos es tan bonito como parece y algunos de estos mapas han sido literalmente reciclados de entregas anteriores.

Pasando a reseñar su apartado técnico, y teniendo en cuenta que la versión a la que hemos accedido es la de PS3, el resultado no nos deja nada contentos. Es cierto que el trabajo en el modelado de los Autobots principalmente es concienzudo y repleto de detalles. Sin embargo, las texturas no acompañan este buen trabajo y el resultado en general queda bastante manchado y feo. A nivel sonoro se reciclan melodías de entregas anteriores también, y las líneas de diálogo son escasas. Además, el doblaje original en inglés con el que nos encontramos es excesivamente plano y carente de personalidad (y no me vale la excusa de que son robots).

48
Jugabilidad: 5
Gráficos: 5.25
Sonido: 5.25
Satisfacción: 4

Análisis

Transformers: The Dark Spark es un constante quiero y no puedo. Una campaña aburrida, una prescindible forma de vehículo y un multi que se presenta muy escaso de opciones son losas lo suficientemente pesadas para que ni Optimus Prime pueda levantarlas. Esperemos que High Moon retome las riendas en una próxima entrega puramente next-gen.