Análisis Kick-Ass 2

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El terror invade tu PlayStation 3
Por Ricardo Fernández 17 julio, 2014

No, no nos hemos equivocado con el subtítulo del videojuego, estamos ante un juego terrorífico aún basándose en una película de humor. Pero antes de desgranar sus prácticamente nulas cualidades habrá que explicar un poco de donde sale este videojuego y qué se esperaba de él, ¿no?

Kick-Ass 2 es la secuela de una película basada en un cómic que recaudó la friolera cantidad de casi 100 millones de dólares en todo el mundo tras su estreno en 2010. Se trata de una cinta que narra las aventuras y desventuras de un superhéroe sin superpoderes aficionado a las redes sociales en su intento de derrotar al villano en cuestión, The Motherfucker. Sin embargo esta secuela no le llega ni a la suela de los talones a la película original, e incluso apenas está obteniendo beneficios tras su estreno en agosto de 2013.

Nos sabe mal que un producto patrio como Kick-Ass 2, de la desarrolladora Freedom Factory, tenga una pobre calidad como la que atesora esta “joya”. Se trata de un título de género beat’em up o “yo contra el barrio” al más puro estilo Final Fight y similares, pero adaptado a los ¿nuevos? tiempos. Es decir, hace uso de entornos tridimensionales para variar su jugabilidad. La historia del título sigue por el mismo camino que la película aunque con diversos cambios nada importantes y entendibles para añadir un poco más de duración al juego.

Lo primero que notamos nada más empezar el juego es que el doblaje está ridículamente bajo de sonido y que apenas es audible gracias a la horrorosa música que acompaña las secuencias introductorias al estilo cómic. No pasa nada, total, el doblaje está en inglés únicamente y, además, no son las voces originales de la película. Por otro lado el juego se queda en apenas 720p. Bueno, qué le vamos a hacer… es comprensible en cierto modo todas estas limitaciones de la anterior generación… ¡Error! ¿Que por qué? Bueno, veréis…

Para empezar, el juego es prácticamente incapaz de mantener una velocidad constante de 30fps, de hecho el videojuego sufre de bastantes problemas por culpa de esto mismo. Kick-Ass 2 está realizado con la agradable técnica del cel shading, aunque aquí es más una tortura que otra cosa. La calidad de las texturas es generalmente bochornosa y dignas de un juego de PlayStation One. Hay algunas excepciones como ciertos graffitis o anuncios publicitarios que están realmente logrados, aunque tampoco alcanzan la calidad requerida para una PlayStation 3.

Las animaciones son horrorosas y salvo las del protagonista, son todas iguales. El juego adolece de todos los fallos habidos y por haber como un excesivo popping, desapariciones repentinas, clipping y bugs constantes que harán patinar a nuestro personaje hasta que demos con algún muro virtual, entre otros. Los fondos son meras fotos con una calidad similar a las imágenes de 256 colores de la década de los 80 y del ordenador 286 y aún así, existen errores garrafales como la aparición en medio de las mismas de edificios poligonales u otros extraños objetos.

La cámara te deja la mayoría de ocasiones más vendido que al Valencia CF con el traspaso de Mijatovic al Real Madrid, ya que tiene la “sana” costumbre de enfocar siempre hacia una posición más baja de lo habitual, la muevas como la muevas. Curiosamente, si estamos en mitad de una pelea y aparece un objeto detrás nuestra, la cámara no se ajusta automáticamente, con lo que el 100% de las veces nos perderemos la acción en pos de ese bonito pilar, pared o cualquier objeto que haya en medio. Entre las caídas constantes de framerate y su caótica cámara, el que firma este análisis estuvo a punto de imitar al bueno de Messi a una hora escasa de juego. Ya sabéis a qué me refiero, no quiero ser desagradable.

Los escenarios son repetitivos hasta la saciedad dentro de su escasa variedad. Se tratan de pasillos que compiten con los de Final Fantasy XIII que acaban por lo general con un espacio abierto que es donde nos esperan siempre 4 o 5 enemigos, no más. Así una y otra vez. Lo peor es que para intentar hacer el juego algo menos monótono, nos hacen subir y bajar pasarelas o escaleras que en situaciones normales se podrían haber evitado. No es muy lógico que Kick-Ass pueda saltar puertas durante todo el juego y llegado a un punto, esa misma puerta no la pueda saltar y tenga que atravesarla accionando un interruptor. Ejemplos como este hay varios durante todo el juego.
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¿Y el combate? Entramos en terreno muy peligroso en estos momentos. No sé a quién se le ocurriría el sistema de combate de Kick-Ass 2 pero desde luego es de todo menos lógico. No contentos con limitar a dos botones el sistema de combate, al diseñador de los mismos se le ocurrió la graciosa idea de hacernos pulsar los botones rítmicamente. Para que os hagáis una idea rápida imaginaros Patapon pero sin música de fondo, es decir, hay que pulsar el botón cuadrado o triángulo en el espacio de tiempo justo para concatenar los golpes. Además y gracias a su “extensa variedad” (guiño guiño) de golpes acabaremos completando la aventura pulsando tan solo un botón, el cuadrado. Existe el L1 para desarmar a los enemigos, el botón X para rodar y la habilidad especial con el R2 y L2 con el que Kick-Ass usará su Taser contra los enemigos o contra él mismo (sí, como lo leéis). Todos los enemigos podrán ser fulminados como si de un God of War se tratase o lo que es lo mismo, pulsando la tecla que aparece en su cabeza y realizando nuestro “superhéroe” un remate final que se repetirá hasta la saciedad.

La inteligencia artificial de los enemigos es similar a la del Autralopithecus. Los grupos de enemigos como ya hemos dicho suelen ser de 4 a 5 pero solo atacan dos al mismo tiempo, los demás esperan su turno pacientemente cual paciente en el dentista o se limitan a alejarse de la batalla. Dos o tres guantazos al malote de turno, llega el compañero a pegarte, esquivas y sigues repartiendo estopa, así hasta lo que os dure el juego. Aunque hay alguna variedad visual en los enemigos, todos tienen las mismas habilidades y animaciones. Tampoco importa su tamaño, es más, cuanto más grande más tonto.

En un intento de agradar al público y hacerlo algo más adulto, suponemos, Kick-Ass 2 hace un uso abusivo de palabras malsonantes que pegan poco o nada con lo que se muestra en pantalla. De hecho cansa demasiado tener que escuchar las mismas palabras (en inglés) una y otra vez cada cinco minutos. Esto podría solucionarse poniendo el volumen de las voces al mínimo y pasando de leer los subtítulos pero es que ni la música ni los efectos especiales se prestan a ser escuchados. Será habitual encontrarnos en una fase y escuchar una y otra vez la melodía en cuestión e incluso notando de manera brusca el efecto de looping que hace al repetirse la misma.

Pero es que además Kick-Ass 2 no cuenta con ningún tipo de modo multijugador así que la rejugabilidad del mismo se basa en intentar conseguir los puntos wifi para tuitear lo que hagamos, pintar graffitis y poco más. Para rematar la faena el juego tiene fallos en su sistema de trofeos e impide ver los ya conseguidos en nuestra lista personal.

Sin embargo el videojuego tiene detalles curiosos y bien trabajados como las animaciones del héroe al subir unas escaleras en donde sí pisa todos y cada uno de sus peldaños (algo que no se suele ver habitualmente en los videojuegos), rotura y sangre en las ropas de Kick-Ass e incluso deformación de texturas por el calor de una fogata. Y ya está, paramos de contar.

Todas estas parrafadas podrían haber acabado en una única frase: “No compréis el videojuego”. Sin embargo es nuestra labor informaros de qué vais a ver en él y qué nos ha parecido bien o mal. Aún y a riesgo de pensar que el videojuego puede gustar a alguien, éste solo es recomendable si se es un auténtico fan tanto de los cómics como de las películas, aunque ya avisamos de que todo parecido con la realidad en lo referente a la caracterización física de los personajes, es pura coincidencia.

Sí estáis muy necesitados de un título beat’em up, éste podría ser un soplo de aire fresco a vuestra colección gracias a sus escasos momentos de humor pero quizás el dinero estaría mejor empleado en videojuegos como Scott Pilgrim vs. The World o en el que recomendamos desde LaPS3, Dungeons & Dragons: Chronicles of Mystara. Si no es así… ¡corred insensatos!

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Jugabilidad: 1.75
Gráficos: 3
Sonido: 2
Satisfacción: 1

Análisis

Uno de los peores videojuegos que existen en PlayStation 3. Un intento de beat’em up con serios problemas técnicos que aterrorizará a todo aquél jugador que ponga sus manos en éste blu ray.