Análisis Another World – 20th Anniversary Edition

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Una mirada al pasado que nos podemos ahorrar
Por César Rebolledo 16 julio, 2014

El tiempo pasa irremediablemente. Da igual tu trabajo, tu estado físico, el dinero que quieras gastar… da igual. Puedes intentar engañarlo, aparentar, intentar ganarle la batalla, pero al final, el tiempo pasa para todo y para todos, dejando su marca. Recordándonos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los videojuegos no son en este aspecto una excepción y en ocasiones, querer traer del olvido un juego no sale todo lo bien que debería. Un buen remake puede hacer maravillas, pero una remasterización, que simplemente mejore el aspecto visual, puede no hacer el bien que se pensaba.

La historia de Another World se nos plantea de la forma más básica posible: sin grandes explicaciones, sin un trabajadísimo argumento que nos lo de todo mascado y detallado, ni grandes guiones. Simple y llanamente, encarnamos a un científico que, tras un experimento, aparece en un lugar totalmente desconocido… otro mundo.

Después de un encuentro muy breve con las letales criaturas que pueblan éste mundo, nuestro protagonista es atrapado por unas misteriosas figuras encapuchadas, que lo encierran en una jaula junto a uno de sus congéneres, que por algún motivo también ha sido encarcelado.

Desde ese momento, la nuestra será una huida hacia adelante (literalmente), en una historia muda, carente de grandes artificios y en la que el argumento se basa puramente en la supervivencia en un entorno altamente hostil.

El juego se desarrolla como una aventura sidescroller de acción y plataformas, es decir, nos movemos de izquierda a derecha por los escenarios, en ocasiones también contamos con diferentes niveles, es decir, también hacia arriba y hacia abajo, esquivando los distintos peligros que nos esperan. Que no son pocos precisamente.

Desde nuestra primera pantalla nos encontraremos con obstáculos letales en la forma de las criaturas foráneas, que no tardarán en dar paso a los temibles guardias alienígenas que van armados con pistolas láser o, en algunos casos, incluso granadas.

Nuestras únicas defensas frente a estos peligros son, por un lado, saltar. Sí, saltar. Un salto nos permite evitar algunos de los peligros en forma de criaturas que existen en el entorno (básicamente, las sanguijuelas y las extrañas criaturas-trampa que pueblan la zona de las cavernas). Por el otro, no tardaremos en conseguir nuestra propia pistola. Podremos disparar, levantar un escudo que absorba daño o cargar un disparo capaz de romper escudos y algunas paredes y puertas.

Nuestros enemigos alienígenas cuentan con la misma arma para tratar de acabar con nosotros y, como ellos serán muchas veces más numerosos, levantar un escudo será casi siempre la única forma de sobrevivir a los escasos, aunque complicados tiroteos.

La clave del juego reside en la alta dificultad del mismo. Desde el principio, donde veremos que calcular nuestros saltos es esencial, queda claro que el juego no es para nada benévolo con nosotros. Por lo general, intentar ir directos a la acción devenirá en nuestra muerte antes de darnos cuenta de lo que ha pasado. Será necesario analizar el entorno para ver cómo debemos interactuar con él para poder sobrevivir.

Hasta aquí lo que es el juego a un nivel de lo que ofrece, ahora veamos cómo lo ofrece. El juego es solamente una resmasterización de algo que se ofreció hace dos décadas, con lo que no se pueden esperar grandes alardes a nivel gráfico. En cualquier momento podemos cambiar entre los gráficos originales y los remasterizados, lo que permite ver que la mejora es notable, pero aún así, siendo muy generosos, la mejor comparación sería con la de cualquier juego flash de navegador, nada realmente llamativo.

En el apartado sonoro tenemos tanto la banda sonora original como con las nuevas melodías que se crearon para esta versión. Ninguna de las dos posibilidades es especialmente atractiva, la primera por, como el propio juego, haber envejecido no demasiado bien y la segunda porque nos deja la sensación de estar fuera de lugar.

La jugabilidad es evidentemente muy limitada: podemos disparar, correr, saltar o agacharnos, además de alguna acción contextual muy concreta. Hay que tener en cuenta la época en la que fue lanzado éste juego, en la que las opciones eran muy escasas y la imaginación jugaba un papel fundamental en la diversión.

En resumen, lo que tenemos es un juego que está diseñado especialmente para fans de lo nostálgico, o gente que quiera un juego para pasar un rato con su Vita (el juego es Cross-Buy, PS3/PS4/PS Vita), que no ofrece nada especialmente llamativo más allá del aire realmente retro y no con los artificios actuales que ahora se usan para denominar a un juego con ese adjetivo.

Su escasa duración y su inexistente atractivo de rejugabilidad tampoco lo hacen un juego realmente interesante salvo que estés buscando algo con un desarrollo imaginativo por la dificultad que puede tener saber cómo superar alguna de sus fases. Un juego con el que hacerte con una buena oferta.

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Jugabilidad: 3
Gráficos: 4
Sonido: 3
Satisfacción: 5

Análisis

Un juego para nostálgicos de los primeros pasos del mundo de los videojuegos, pero que evidentemente no está a la altura de los estándares actuales. Si quieres una experiencia genuinamente retro, adelante, pero ten en cuenta que es un juego corto y atípico.