Análisis Transistor

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SuperGiant Games sigue la estela del gran Bastion y nos regala un indie imprescindible en nuestra colección de PS4
Por David Soriano 23 mayo, 2014

Resulta imposible comenzar este análisis sin mencionar el gran precedente de Supergiant Games, Bastion, juego que popularizó sobremanera el escenario de los estudios indie. Bastion era una suerte de Action-RPG que lamentablemente no llegó a ninguna plataforma PlayStation desde su puesta a la venta. Por eso el pasado año, en plena conferencia de Sony en el E3 fueron muchos quienes se frotaron cuando el logotipo de SuperGiant apareció en pantalla anunciando el que sería su próximo proyecto, Transistor, el juego que vamos a detallar a continuación, en exclusiva para PlayStation 4 en lo que al mercado de consolas se refiere (también ha hecho acto de presencia en PC).

Las andanzas que viviremos en Transistor tienen su origen cuando nos presenta al personaje que controlaremos, una pelirroja llamada Red. Red se encuentra en una sala un cuerpo atravesado por una espada de un tamaño considerable. Llegados a este punto, y sin saber muy bien qué sucede tomamos la espada, que tiene la posibilidad de hablar y que recibe el nombre de Transistor (de ahí el título del juego, no está relacionado con ningún aparato radiofónico). Tras avanzar de niveles iremos viendo que en Cloudbank, la ciudad donde acontecen los sucesos de Transistor algo no marcha como debería.

Al igual que su predecesor espiritual, en Transistor se mezclan elementos de acción, RPG y algo de estrategia. Mientras vamos avanzando de sección, tendremos combates con distintos tipos de enemigos. La forma de enfrentarse a ellos es la que difiere según nuestra elección. Por una parte podemos realizar ataques instantáneos con tan solo pulsar el botón adecuado, pero la cosa se complica cuando activamos con R2 la detención de tiempo.

En este modo de pausa táctica, (limitado por una barra especial para un tiempo determinado) podemos realizar distintas tácticas más estratégicas como flanquear a los enemigos. Los contras de esta modalidad es que una vez realizada la acción correspondiente hay que esperar hasta volver a poder usarla, pero en unas franjas de unos 5 segundos aproximadamente.

Llegamos a la parte rolera del título. Tras vencer a unos enemigos determinados, o según avanzamos en ciertas secciones se nos hará entrega de ciertas habilidades, mejoras o potenciadores que podemos combinar según se adecuen en mayor o menor medida a nuestro estilo y nos permiten mejorar la faceta combativa de nuestro personaje. Esta sucesión de mazmorras, sección tras sección que deja el componente de la exploración en un segundo plano, nos dará para unas 6 horas de juego en nuestra primera partida.

La escasa variedad de enemigos se ve contrarrestada en gran medida en el modo Nueva Partida+, en el que mantendremos los items y mejoras de la partida anterior y a cambio podremos enfrentarnos a nuevos tipos de enemigos y de mayor nivel. Esta monotonía en el transcurrir de la aventura (unido a una trama que tarda en irse aclarando) hace que en lo puramente jugable no acabe de ser perfecto, pese a que el componente de personalización y mejora esté bastante bien trabajado y brinde opciones como la de los limitadores, habilidades especiales con algún hándicap. Estas elecciones rompen el equilibrio de la manera que nosotros queramos.

El punto en el que Transistor enamora es tanto en su apartado visual como en lo sonoro. Pasando a detallar aquello que nos entra por la vista en primer lugar, Transistor destaca por su cuidado diseño artístico. Ambientado en una localización con estética steampunk, esa combinación de elementos clásicos y modernos hace que los distintos mapas siempre tengan algo con lo que sorprendernos. El juego recoge el testigo de Bastion en este apartado para hacer gala de personajes y entornos muy detallados así como coloridos, haciendo un uso exquisito de la paleta de colores para resaltar los elementos importantes y dejar otros en segundo plano, captando la atención el usuario sobre lo que de verdad lo merece. El ángulo de cámara picado favorece la apreciación en la misma toma del mayor número de detalles de cada escenario, pero no termina de convencer en las fases de combate.

Si el apartado artístico roza la perfección por su belleza, pocos peros se puede sacar a su banda sonora. La composición de Darren Korb interpretada por Ashley Barrett nos regala horas de melodías de cuerda y percusión mezcladas con piezas electrónicas para ambientar ese toque futurista del título. Una obra maestra que merece ser escuchada una y otra vez. En lo puramente jugable hay que destacar el doblaje en versión original de la espada (que podemos activar para que salga ese audio por el altavoz del Dualshock 4).

87
Jugabilidad: 8
Gráficos: 8.5
Sonido: 10
Satisfacción: 8.5

Análisis

Con el precedente que tenemos de Bastion, ya sabíamos de antemano que Transistor era una opción a tener muy en cuenta en el panorama indie en PlayStation 4. Su precio puede ser demasiado elevado para el balance euros/horas de juego, pero un apartado audiovisual sobresaliente sube sobremanera la nota del conjunto. Por 18,99€ puedes disfrutar de una experiencia excelente. Posiblemente el mejor juego digital lanzado solamente para PS4 hasta la fecha.