Análisis Octodad: Dadliest Catch

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Amante esposo, padre ejemplar y cefalópodo infiltrado
Por Antonio López 28 abril, 2014

2014 está siendo un gran año para los amantes de lo aleatorio. Al glorioso lanzamiento de Goat Simulator en PC conviene sumar, al fin, la puesta de largo de Octodad: Dadliest Catch en PlayStation 4. El título de Young Horses aterriza en la nueva consola de sobremesa de Sony con la sana intención de hacernos reir gracias a un planteamiento jugable de lo más directo y extravagante.

Evidentemente, aquellos que carezcan del sentido del humor necesario deberán alejarse de la propuesta a la mayor brevedad posible, puesto que Octodad: Dadliest Catch no es un plato para todos los paladares. Su divertida experiencia contrasta con su escasa duración, punto que sin duda juega en su contra en el resultado final, aunque en pocas ocasiones vamos a tener la oportunidad de manejar a un padre de familia procedente del fondo del mar.

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Octodad: Dadliest Catch, como ya sabréis muchos a estas alturas, nos presenta como protagonista a un simpático pulpo que vive entre humanos. Octodad está casado, tiene dos hijos, hace la compra, juega con los niños y va a la oficina todos los días. Pero no todo es tan perfecto como debiera: un malvado cocinero quiere desvelar su secreto y meterlo en la cazuela.

Si la premisa argumental parece de lo más inverosímil, cuando toméis el control de Octodad ya no podréis parar de reir. La propuesta de Young Horses ofrece dos opciones de control bien diferenciadas. En la primera manejamos s a Octodad con el DualShock 4, mientras que para la segunda necesitaremos PlayStation Eye y PlayStation Move. Esta segunda opción permite, además, juego cooperativo, con cada usuario manejando una de las extremidades del protagonista.

El control con DualShock es directo: con el stick izquierdo manejamos la parte izquierda de Octodad, mientras que con el derecho hacemos lo propio con la otra mitad del pulpo humanoide, así como podemos utilizar una de sus patas para agarrar y mover objetos. Las tareas que debemos afrontar son de lo más normales, aunque extraordinarias desde el punto de vista del protagonista: vestirnos, preparar el desayuno de los niños, cortar el césped, hacer la compra o entregar el anillo de bodas a nuestra prometida… todo ello intentando no ser descubierto por los humanos que se mueven a nuestro alrededor.

Una barra nos indicará el nivel de sospecha que estamos generando, con varias fases donde la infiltración hace acto de presencia. Los diferentes niveles de dificultad de Octodad: Dadliest Catch hacen que la aventura sea más o menos llevadera en determinados puntos de la trama, donde tendremos que agudizar el ingenio para salir victoriosos. Con todo, el principal problema que presenta el título es su escasa duración. Menos de tres horas para completar una historia que, más allá de los coleccionables (33 corbatas distribuidas por las diferentes misiones), tiene poco más que ofrecer.

Además de una jugabilidad directa, Octodad: Dadliest Catch también ofrece un apartado gráfico sencillo y colorido. Es evidente que una propuesta como la de Young Horses no aprovecha el potencial técnico de PlayStation 4, por lo que intentar entrar en detalles sobre sus gráficos resulta poco menos que contraproducente. Digamos que Octodad: Dadliest Catch se centra en su experiencia aleatoria y se olvida por completo de unos gráficos realistas o unas físicas dignas de un presupuesto elevado. El resultado es una propuesta que más parece una película de animación de bajo presupuesto, con unos personajes realmente simpáticos e, incluso, carismáticos.

Octodad nació como proyecto universitario y se nota en cada detalle jugable que sus responsables buscaban explorar y ofrecer algo diferente. En lo sonoro, Octodad: Dadliest Catch nos llega con audio en inglés, aunque los textos del juego están en perfecto español. Mención especial para los diálogos, con Octodad murmurando en su particular idioma cefalópodo, que todo el mundo parece comprender a la perfección. La música, por su parte, termina siendo repetitiva, aunque el tema central del juego es ya todo un clásico digno de nuestro cariño.

Lo realmente importante de Octodad: Dadliest Catch es que cada nueva misión sea más divertida que la anterior. Lo importante es que cada nuevo objetivo nos haga reír a carcajadas al contemplar la interacción del protagonista con los diferentes elementos del entorno con los debe resolver ciertos acertijos. Es cierto que, por momentos, se termina volviendo repetitivo y la fase final resulta realmente frustrante, pero Octodad: Dadliest Catch da lo que promete, que no es otra cosa más que diversión bizarra, tan de moda estos días.

Hasta un millón de jugadores han probado ya la versión para PC. Tras el lanzamiento del juego en PS4 falta comprobar si el éxito se repite o la broma queda como una anécdota para los usuarios de consola. Como ya hemos destacado, su escasa duración juega en contra a la hora de ofrecer una calificación numérica, pero si tenemos en cuenta las situaciones sin sentido, lo estrafalario de la historia y lo carismático del propio Octodad, descubrimos un título que gustará a todos aquellos que dejen a un lado sus prejuicios «jugones» durante unas horas y se adentren en la historia del pulpo que quería vivir entre humanos.


Puedes encontrar Octodad: Dadliest Catch en PlayStation Store.

68
Jugabilidad: 7
Gráficos: 6.5
Sonido: 7
Satisfacción: 7

Análisis

Octodad: Dadliest Catch es una propuesta tan sencilla como divertida. Su corta duración y lo repetitivo de su planteamiento pueden jugar en contra, pero resulta tan aleatorio a cada segundo que bien merece la pena darle una oportunidad si se es fan de los juegos extravagantes.