Análisis LEGO: El Hobbit (PS3)

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Hobbits, enanos, dragones, tearing y tirones
Por Ricardo Fernández 25 abril, 2014

Traveller’s Tales nos mal acostumbra con videojuegos LEGO cada cierto tiempo. Desde los basados en las películas de Harry Potter, pasando por Indiana Jones e incluso uno específico de los superhéroes de Marvel. A nadie le extrañaría si un día la desarrolladora decide anunciar LEGO: Sherlock Holmes o LEGO: Los Serrano. ¿Os imagináis a Antonio Resines hecho de las famosas piezas de construcción danesas? Aunque a decir verdad no consigo concebir cómo abordarían gráficamente con piezas de LEGO las exageradas merendolas para dos o tres personas que se hacían en casa de la familia Serrano (y que nunca terminaban).

Si el estudio realizó un título con la trilogía de El Señor de los Anillos el siguiente paso estaba claro, desarrollar un juego con las tres películas de El Hobbit. Mientras que el anuncio oficial de que el juego estaba creándose alegró a todos los usuarios, no podemos decir lo mismo cuando nos enteramos de que tan solo traería las dos primeras películas.

LEGO: El Hobbit se basa en las dos primeras películas dirigidas por el tres veces ganador del Oscar, Peter Jackson. Ni más ni menos. Además y como viene siendo habitual, no contará todos los detalles de las cintas sino que hará un breve resumen de las mismas añadiendo el toque de humor característico de Traveller’s Tales. Lo malo es que quizás resumen demasiado y algunas de las escenas más carismáticas se quedan sin posibilidad de ser jugadas. Volveremos a realizar misiones secundarias que no aparecen ni en las películas ni en los libros, pero que servirán para desbloquear personajes u objetos para una de las novedades que más adelante os contaremos.

LEGO: El Hobbit cuenta la historia de Gandalf, Bilbo y un tropel de enanos liderados por Thorin Escudo de Roble que son Balin, Glóin, Bifur, Bofur, Bombur, Dwalin, Ori, Dori, Nori, Óin, Kíli y Fíli. El objetivo está claro, expulsar al dragón Smaug de la ciudad bajo la montaña Erebor, a la orilla de Ciudad del Valle. Dentro se encuentran tesoros de valor incalculable y el reino de los enanos del que en teoría, Thorin es el rey.

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La tortura viene cuando el juego en sí es más de lo mismo, pero con un par de adiciones que poco o nada llaman la atención. Para la ocasión volveremos a tirar de una retahíla de personajes bastante elevada pero que, por desgracia, serán tan similares entre sí que la elección del avatar se basará más en nuestros gustos que en su función dentro de la aventura la mayor parte del tiempo. A estas alturas no hace falta casi explicar que cada uno cuenta con diferentes habilidades que van desde disparar con onda hasta cultivar plantas. Que por cierto, cambiar de personaje le cuesta al juego una media de 5 segundos de carga en frío.

El modo construcción introducido en La LEGO Película: El Videojuego estará aquí presente y sin ninguna novedad. Sin embargo se ha introducido un modo de fabricación de utensilios como llaves o elementos de construcción en el que usaremos objetos previamente recolectados a base de picar minas, derrotar enemigos o destruir estructuras. Otra de las novedades será el poder unir fuerzas con otro protagonista de la aventura con el fin de destruir obstáculos que nos imposibilitarán el acceso a otros lugares del escenario. También se hará uso a la hora de eliminar a grandes enemigos como por ejemplo, jefes de fin de fase.

Como siempre, completar el 100% de la aventura pasa por conseguir un número determinado de piezas LEGO en cada pantalla, resolver la buena suma de puzles que se nos presentan en el juego (ya avisamos que son bastantes), realizar las misiones secundarias y utilizar diversos personajes en escenarios acordes a ello. Vamos, un videojuego LEGO de los de toda la vida que sigue dejando a un lado el cooperativo online para centrarse en el local, una tarea pendiente que llevan arrastrando desde el primer videojuego de la franquicia.

Como ya hemos dicho, cuando se anunció el videojuego el redactor que aquí os escribe se sumió en un estado de hype profundo, algo que desapareció a los pocos minutos de tener el disco blu ray rodando en la consola PlayStation 3. Y es que no entendemos qué le pasa por la cabeza a Traveller’s Tales últimamente dotando a sus videojuegos en dicha consola con una calidad técnica que cada vez va a peor.

Hemos intentado informarnos y sacar nuestras propias conclusiones sobre la resolución que ofrece LEGO: El Hobbit en PlayStation 3 pero en redacción dudamos que el juego funcione a 720p reales. La falta de nitidez durante las 10-15h que dura el título y la pobre resolución que muestra solo significa que, o bien corre a 640p o está reescalado a 720p. El videojuego, aun funcionando en un televisor de último modelo, ofrece un resultado pobre a la vista. No solo eso sino que apenas se mantiene estable a 30fps y el abusivo tearing que sufre llega a doler a la vista. En más de una ocasión hemos tenido que parar (sobre todo a las afueras de Bree) porque girar la cámara levemente suponía ver en nuestra pantalla este molesto efecto de manera exagerada. Se podría decir que si Dios matara un gatito cada vez que ocurriera, este animal estaría en peligro de extinción. La carga de polígonos es bochornosa y sufre de un escandaloso popping. Además las grandes sombras del escenario aparecen cuando le vienen en gana, que suele ser a 2 metros de nuestro personaje. Si además decidimos jugar con un amigo, todos los fallos anteriormente se acentúan hasta límites insospechados.

Es cierto que los videojuegos LEGO desarrollados por Traveller’s Tales no han sido nunca ni pretenden ser Triple A y que la mayoría de estos fallos vienen sucediendo desde hace ya varias entregas, quizás desde que el concepto de un mundo más abierto se instauró en la saga. Esto no es excusa para que en LEGO: El Hobbit hayan pasado olímpicamente de haber realizado una más que digna versión en PlayStation 3. La experiencia visual que debería de ser pasear por la Tierra Media queda totalmente empañada por constantes altibajos gráficos.

Sonoramente qué decir. La genial música extraída de la película original y parte de las voces del reparto original se dan cita en el videojuego, aunque nos queda un regustillo algo amargo ya que el contraste entre escuchar las voces de los actores junto con otras que nada tiene que ver en la propuesta cinematográfica canta y mucho. Además hay algún doblaje que parece extraído de la película e insertado en el videojuego sin más y de manera forzada.

LEGO: El Hobbit es solo apto para fanáticos de la franquicia y para amantes de J.R.R. Tolkien. Podríamos apoyarnos en que siempre han tenido mucho humor, pero es que ni en este apartado destaca LEGO: El Hobbit. De hecho el humor no es ni de lejos lo que vimos, por ejemplo, en La LEGO Película: El Videojuego, un título mucho más divertido que este que nos atañe. Si conseguís pasar por alto el pobre aspecto técnico (solo destacan algunas texturas, sombras e iluminaciones), encontraréis un juego variado, divertido a su modo y con un cooperativo offline que puede llegar en ocasiones a marear. Lo peor es que el control parece que ha dado un paso atrás y en ocasiones se engancha en algunos elementos del escenario. Nos quedamos con las ganas de ver la versión de PlayStation 4 que, seguramente, sea bastante mejor que ésta. Lástima que solo nos hayan proporcionado la versión aquí analizada para PlayStation 3.

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Jugabilidad: 6
Gráficos: 5
Sonido: 7
Satisfacción: 6.5

Análisis

LEGO: El Hobbit se ha convertido en la oveja negra de la familia por méritos propios, principalmente debido a un pobre apartado técnico. Parece que el juego se haya hecho con prisas en todos los aspectos. Ni siquiera el humor destaca tanto como en otras entregas de la franquicia