Análisis Fez (PS Vita)

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Una historia de cubos y guiños al panorama retro
Por Alicia Carrasco 3 abril, 2014

La historia, más o menos turbia, que rodea a este título toca diferentes sentimientos contrapuestos entre sí: desde la frustración de un desarrollador que se ve desbordado por el trabajo, hasta la más sincera alegría de una compañía que, tras varios años de desarrollo, ve su juego terminado en el año 2012. En cualquier caso y dejando dramas aparte, Fez es la representación de la ambición y el trabajo de la finlandesa Polytron en general, y del desarrollador Phil Fish en particular.

Un juego que invita al jugador a explorar cada uno de los rincones que forman parte del mundo de Fez; y al mismo tiempo, lo transporta a aquella época donde cualquier sitio se convertía en un buen lugar para reunirse con sus compañeros y compartir los secretos que había descubierto.

¡Ja! ¡Estás aquí! Hoy es un día especial. La aventura va a empezar, es la hora Gómez. No queda mucho atento ¡Ahí está! – dijo el anciano.

De repente, todo lo que estaba alrededor de Gómez comienza a evaporarse, la cabeza le da cientos de vueltas mientras una figura geométrica aparece en medio de la nada; se trata del gran Hexaedro. El universo se encuentra en peligro y sólo él puede evitar que se colapse usando a su favor el gran secreto que le acaban de revelar: la capacidad de cambiar su perspectiva que le permitirán resolver los distintos rompecabezas que le plantean.

El protagonista, caracterizado por llevar un fez rojo adornando su cabeza, deberá reunir una totalidad de 32 cubos y más adelante, otras 32 piezas más llamadas anticubos, que se encuentran esparcidos a lo largo de todo el mundo; llegando a esconderse en los lugares más recónditos. Pero Gómez no estará sólo en esta aventura sino que en todo momento, lo acompañará un singular individuo conocido como Punto. Éste le ayudará en todo lo que pueda; siempre que no se lo impida su amnesia.

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Gómez comienza a girar el plano en un ángulo de noventa grados: derecha, derecha, izquierda, derecha… En ese momento, con una simple rotación, aquella puerta lejana que no parecía estar a su alcance, logra abrirla. Así, los diferentes planos encajan gracias a la mezcla entre el cambio de perspectiva y el efecto de profundidad.

En Fez el protagonista recorrerá numerosos lugares en busca de esos trozos de hexaedro que le harán falta para poder cumplir con su misión. Una gran variedad de paisajes y habitaciones caracterizadas por un estilo gráfico Pixel art donde todos los rincones están hechos con un nivel de detallismo impresionante. Prácticamente, el jugador podrá encontrarse diferentes objetos o muebles en las cuatro paredes de una misma habitación. Un trabajo que denota el cariño que han puesto los desarrolladores en su creación durante cinco años.

A pesar de que el protagonista contará con un mapa que le ayudará a abrirse paso a través del mundo, será muy fácil perderse pues en un visto y no visto, Gómez se encontrará traspasando una puerta que lo transportará a un lugar totalmente distinto al que estaba. Unas zonas que en ocasiones pueden recordarnos a otros clásicos del videojuego como el mismísimo Super Mario Bros. y sus características tuberías, las distintas figuras de Tetris o las famosas islas Fallo (Glitch City) de Pokémon. Éstas a su vez, esconderán diferentes secretos, otras entradas a nuevos lugares o incluso, tesoros que guardan trozos de mapa.

No obstante, lo importante en este juego no es recoger esos 32 cubos de los que se hablaba al principio de este texto, ya que esa tarea se puede cumplir perfectamente en un par de horas; sino que lo realmente difícil es lograr reunir los otros 32 anticubos. Para conseguirlos, el jugador tendrá que resolver todo tipo de enigmas, acertijos que en algunas ocasiones, pueden resolverse de forma rápida, pero que en otras, se le deberá de dar más de una vuelta de rosca para hallar su solución.

De este modo, la gran variedad de enigmas que encontrará a lo largo de todas las habitaciones, obligará al jugador a apuntarse todo aquello que le pueda ser de ayuda en un folio aparte: símbolos, letras, dibujos, posibles mapas… y a veces, la respuesta será más fácil de lo que él pensaba, hallándose ante sus propias narices. Por ello, en Fez la muerte no sanciona al jugador sino que tan sólo representa una simple animación que sirve para indicarle que se ha equivocado en su respuesta. Como si el personaje le estuviera insinuando: párate, piensa con calma, baraja opciones y pruébalas.

Y es precisamente resolviendo este tipo de rompecabezas cuando se descubre todo el esplendor de Fez, premiándose a aquellos aventureros pacientes que se han detenido a pensar, bien dándoles diferentes objetos, anticubos o desbloqueando zonas secretas que no es posible acceder a ellas de otra forma. Concretamente, uno de estos niveles oculta un nivel musical que es una auténtica maravilla y que se encuentra perfectamente adaptado a la mecánica del juego.

Fez supone un perfecto homenaje a aquellos títulos de 8 bits de los ochenta, ya sea por su estilo gráfico, por su fantástica banda sonora característica de este tipo de juegos o esos detalles que invitan al jugador a revivir aquella época. Por ello, no es de extrañar que este juego ganara el premio “Excellence in Visual Art” durante la celebración del IGF en 2008 o el “Seumas McNally Special Prize” en 2012.

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Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 9.5
Sonido: 9.5
Satisfacción: 9

Análisis

Se trata de un título que debería encontrarse entre los imprescindibles de cualquier jugador y que tendría que probarse al menos una sola vez. Un juego que recupera esa ilusión y emoción por explorar cada uno de los detalles que componen su mundo y por encima de todo, que merece la pena darle una oportunidad para que maraville al jugador con todos sus encantos.