Análisis Strider (PS4)
Capsule Computers o más conocida como Capcom, es la ya mítica compañía desarrolladora que se inició en la aventura de las recreativas allá por el año 1979.
Lejos queda su primer videojuego de nombre Vulgus, un shoot’em up de los de la época que ya apuntaba maneras. Poco más tarde le seguirían recreativas arcade como 1942 o la primera entrega de Street Fighter y así hasta llegar al título original de Strider en 1989.
Puede que no sea una de las sagas más conocidas como bien pudiera ser Mega Man o Resident Evil, pero en su día logró cautivar a miles de jugadores que, hasta el día de hoy, ansiaban con que uno de los ninjas más famosos del planeta volviera a la vida.
¿Os suena Silent Hill: Homecoming o Front Mission Evolved? Estos dos juegos y otros tantos como Killer Instinct para Xbox One son obra del estudio Double Helix Games, los encargados de que Strider Hiryu blanda su espada una vez más en el mundo del ocio interactivo a través de Strider.
La idea del reboot de Strider surgió tras acabar el recopilatorio en Alta Definición de Devil May Cry Collection. La pregunta que se hicieron todos en el estudio fue en qué saga o título de Capcom les hubiera gustado trabajar y la respuesta al unísono fue la misma, Strider.
Partiendo de la idea de que querían mantener las señas de identidad de Hiryu, se propusieron a realizar un videojuego que fuera ágil, con cierta jugabilidad arcade y añadiendo características que lo dotaran de novedades pero a su vez respetando al clásico. ¿El resultado? Tras estas líneas.
En serio se agradece el trabajo de Double Helix Games por respetar sobremanera la esencia principal de esta saga, así como la de ofrecer un título de los que se van echando cada día más en falta. Strider apuesta por una jugabilidad arcade, muy rápida y con unos puntitos de dificultad que pueden ser o muy fáciles en su opción más baja o infernal en la más alta. Además, todos los detalles o movimientos del protagonista vuelven a escena en este reboot con lo que hará que nos sintamos como en casa, como si jugáramos a una versión actualizada del original.
Tras los mandos de Hiryu, el videojuego nos propone explorar la Ciudad de Kazakh, dominada ésta por el malvado Gran Maestro Meio. La organización Strider necesita derrotarlo y para eso mandará a su mejor ninja y, ¡adivinad quien será!
El mapeado se compone de diversas áreas colindantes a Kazakh y la propia ciudad, aunque no se ofrece mucha variedad entre ellas. De hecho se dará el caso de que pensemos que no hemos salido de la ciudad más que en contadas ocasiones. El juego utiliza la fórmula conocida como Metroidvania o lo que es lo mismo, un mapa en dos dimensiones con distintas rutas en cualquier dirección y puntos de guardado de tipo checkpoint. Gracias a esto la exploración será un factor muy a tener en cuenta si queremos mejorar atributos como la vida o energía de Strider Hiryu. Y ya os adelantamos que la extensión del juego es enorme.
Por otra parte observamos que la desarrolladora no se ha calentado mucho la cabeza a la hora de diseñar enemigos y ha abarrotado prácticamente el 80% del juego con el mismo tipo de soldado, eso sí, cambiando el color de la ropa y sus habilidades para disimular un poco. En total veremos como máximo una cifra cercana a los diez enemigos distintos, algo que unido a la monotonía de los escenarios terminará cansando a más de un usuario.
Hay que romper una lanza a favor de los jefes de fin de fase, todos ellos muy bien diseñados tanto en lo estético como en la mecánica. Algunos como el Meca-tanque Tornado o el Caza Recompensas “Solo” ofrecen unas estrategias frescas y muy divertidas. Sin duda miel pura para los nostálgicos de las recreativas.
Cada vez que derrotemos a uno de estos jefazos obtendremos una mejora para nuestro equipo. La posibilidad de cambiar el plasma de nuestra espada, invocar un pequeño tigre o lanzar kunais serán algunas de estas mejoras. Todas estas novedades se encuentran perfectamente integradas y no rompen con la estética de la propuesta original. Por desgracia el manejo de Strider sufre de algunas lagunas por culpa de su control.
La desarrolladora ha pensado que lo mejor para un juego de scroll en 2D era utilizar los analógicos para manejarse y ha dejado al título sin la opción para utilizar el pad digital para controlar a Hiryu. Strider es un juego rápido y un control análogo le hace más mal que bien. Buena prueba de ello será cuando queramos sujetarnos a un saliente e intentar escalarlo.
En el apartado gráfico una de cal y otra de arena. Si bien el impacto visual es bastante agradable así como lleno de detalles, todo se va al traste cuando la cámara realiza un acercamiento a la escena y deja en entredicho la calidad de las texturas utilizadas, más bien propias de PlayStation 3 que de una máquina de nueva generación. De hecho incluso la consola del chip Cell podría hacerlo mejor.
El juego funciona a una resolución de 1080p y a unos más que estables 60fps aunque si hacemos caso de lo anteriormente citado, raro sería que no pudiera moverse de esta manera. Los reflejos en las superficies metálicas están muy conseguidos y los efectos como el humo están realizados en unas dos dimensiones con estética similar al cell shading.
En el apartado sonoro encontramos remixes cañeros de la saga original y otros tantos nuevos algo más apagados. Durante la aventura podremos escuchar más del segundo tipo que del primero, algo que empaña notablemente este apartado. No obstante en términos generales la música raya a buen nivel y los efectos tienen una alta calidad.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que pudimos disfrutar de una entrega de Strider y por suerte para los fanáticos del ninja, Double Helix Games ha hecho un notable trabajo pese a sus aspectos negativos antes comentados. Si bien quizás hemos nombrado mayormente deficiencias en la propuesta, lo cierto es que Strider es un juego rápido, frenético, que engancha y que te llena de nostalgia. Si buscáis un juego puntero y con una historia absorbente, mejor que paséis de largo. Si por el contrario encontráis refugio en una jugabilidad arcade, dificultad y sabor añejo, Strider es vuestro juego. Subid el volumen a su música, olvidaros de gráficos next gen, acostumbraos al analógico y ya pueden pasar las horas, ya…