Análisis The Last of Us: Left Behind

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Retomamos el rol de Ellie en su viaje de descubrimiento y supervivencia
Por Antonio López 14 febrero, 2014

The Last of Us, la propuesta más reciente de Naughty Dog exclusiva para PlayStation 3, se ha convertido por méritos propios en uno de los juegos mejor valorados de la generación pasada. Tras su puesta de largo en junio de 2013, fueron muchos los que se preguntaron si sería posible volver a vivir una experiencia similar, por lo que Naughty Dog se guardó bajo la manga el lanzamiento que hoy nos ocupa, Left Behind.

Aunque en LaPS3 no somos dados a ofrecer destripes argumentales o spoilers, advertimos que la historia de Left Behind comienza en un punto clave del desarrollo argumental de The Last of Us, por lo que aspectos de la trama que nosotros consideramos evidentes pueden no serlos para los jugadores que no han terminado la campaña principal de la propuesta. Dicho esto, veamos con detenimiento los aspectos que hacen de Left Behind un DLC a tener en cuenta.

En esta ocasión, la protagonista indiscutible de Left Behind es Ellie. El personaje creado por Naughty Dog posiblemente sea uno de los mejor planteados y dibujados de los últimos años, por lo que se ha ganado el cariño del público y el hecho de ser la protagonista indiscutible del DLC no hace más que volver a darle la importancia que se merece. Aquí no hay cambios de personajes, Ellie es la única que importa y por ello vamos a descubrir algunos aspectos importantes de su vida.

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La trama de Left Behind arranca en el preciso instante en el que Ellie debe ser la que protege a Joel, situación que en The Last of Us se trató con una elipsis temporal. Durante su periplo en solitario tendremos ocasión de conocer mejor la vida pasada de la joven mediante una serie de flashbacks que nos dejan descubrir detalles importantes sobre su relación con Riley, la que fuera mejor amiga de Ellie antes de los hechos narrados en The Last of Us. La presencia de mútiples escenas cinemáticas reafirma el gusto de Naughty Dog por adentrar en la narrativa de sus historias, destacando en este caso acontecimientos imprescindibles para conocer mejor a su protagonista.

De esta forma, descubrimos que Left Behind se articula en dos partes bien diferenciadas, cada una con su propia jugabilidad y capaces de generar en el usuario sensaciones muy distintas. Cuando estemos solos con Ellie tendremos que seguir luchando por sobrevivir, haciendo frente a infectados de toda clase, saqueadores y otras desgracias propias del fin del mundo tal y como lo conocemos. Sin embargo, cuando estemos con Riley, viviremos una aventura de descubrimiento, donde todavía queda lugar para la diversión, aún cuando la muerte acecha detrás de cada esquina.

A nivel jugable, Left Behind se muestra idéntico a The Last of Us. Naughty Dog mantiene intactos los controles para que el jugador experimentado se sienta cómodo y el novato pueda hacer frente a la aventura sin mayores complicaciones. Al igual que en la propuesta primigenia tendremos ocasión de fabricar nuestros propios objetos, tales como botiquines, cócteles molotov o bombas caseras aprovechando lo que vayamos encontrando por el escenario. El sigilo será, una vez más, indispensable para seguir con vida, por lo que también se ha respetado la habilidad de escuchar a los enemigos cercanos. Habrá ocasiones en las que evitar el combate directo sea imposible, aunque conviene destacar que Ellie no dispone del mismo arsenal que Joel, por lo que hay que contar la munición en todo momento y actuar con la mayor lógica posible.

Puede que el principal problema de Left Behind resida en su relación precio-duración. Y es que el contenido no ofrece más de tres horas, siendo generosos y haciendo las cosas con mucha calma, por lo que un desembolso de 14,99 euros puede resultar excesivo para aquellos que no compraran en su día el Pase de Temporada o pretendan hacerse con el DLC de forma independiente. Left Behind, como ya se sabía, no ofrece ningún tipo de contenido multijugador, por lo que toda la experiencia se centra en la aventura en solitario.

A nivel gráfico, Left Behind demuestra una vez más que The Last of Us supone el techo tecnológico de PlayStation 3. No existe un juego superior en todo su catálogo y, dicho sea de paso, tampoco lo hay en este preciso instante en PlayStation 4. Naughty Dog saca lo mejor de la maquinaria de PS3 para conseguir ofrecer lo mismo que ya ofreció con el título principal: un espectáculo detallado de animaciones faciales perfectas, escenarios que quitan el hipo y una IA tan bien ajustada como imponente. No sorprende a estas alturas, pues ya lo vimos hace casi un año, pero resulta delicioso volver a disfrutar con el poderío gráfico que sabe desplegar Naughty Dog.

Llegados a este punto, vemos en Left Behind una propuesta ideal para los incondicionales de The Last of Us, aunque remarcamos que la duración del DLC puede provocar el enfado de más de un jugador. Aquellos que quieran descubrir aspectos importantes sobre la historia de Ellie tienen una cita obligada, más aún si en su día tuvieron acceso al cómic American Dreams donde se narraba el inicio de la relación entre la joven protagonista y su amiga Riley.

Left Behind es un buen contenido extra, aunque su elevado precio puede jugar en contra a la hora de determinar su éxito. Sea como fuere, The Last of Us es ya una de las marcas indispensables de PlayStation y aquellos que busquen una propuesta que exprima al máximo la potencia de la todavía muy presente PS3 tienen una cita obligada. Los contenidos descargables argumentales siempre corren el riesgo de quedarse cortos, aunque en este caso la escasa duración va a acompañada por una experiencia intensa que, por momentos, nos recuerda a los mejores pasajes de The Last of Us. Los seguidores de Naughty Dog quedarán más que satisfechos.

90
Jugabilidad: 9
Gráficos: 10
Sonido: 9
Satisfacción: 8

Análisis

Left Behind ofrece la misma emoción e intensidad que The Last of Us, cediendo todo el protagonismo a Ellie y su relación con Riley. Con todo, el precio y la duración del DLC pueden jugar en su contra a la hora de convencer al público.