Análisis Contrast

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Un juego de luces y sombras en todos sus aspectos
Por Ricardo Fernández 3 diciembre, 2013

Para aquellos que les apasiona el cine negro. Para los melómanos aficionados al jazz. Para quien le guste el cabaré o para el que le guste jugar con la realidad, Contrast es su título. Con tan sólo unas pocas palabras es posible desgranar un juego que ha tenido la enorme tarea de servir como apoyo de lanzamiento al esperado nuevo hardware de Sony. Pero claro, también ha contado con la inestimable ayuda del servicio PlayStation Plus, elevándolo así a una categoría que, en un principio, no parecía estar a su alcance. Un juego que entre ports vitaminados y otros tantos exclusivos, ha sabido emerger hacia la luz, aunque llevando consigo parte de su oscuridad.

Contrast ha sido posible gracias al ingenio de siete jóvenes desarrolladores que fundaron Compulsion Games, una empresa afincada en Montreal, Canadá, y que nunca imaginaron que su pequeño proyecto cobraría vida entre la circuitería de una de las consolas más importantes del sector.

El proyecto fue aceptado plenamente en la plataforma Greenlight de Steam para ordenadores y rápidamente empezó a ganar fama allá donde pasaba. PAX o la Gamescom fueron lugares donde se pudo entrever este nuevo título de temática noir. Más tarde las consolas PlayStation 3 y la reciente PlayStation 4 se abrieron paso ante el curriculum de Compulsion Games hasta llegar a nuestras manos.

Esta frase del pintor Henri Matisse nunca antes tuvo tanto significado. Contrast es un juego que evoca al pasado, que te atrapa, que enamora y que consigue otras sensaciones totalmente distintas a las ya manidas obtenidas con otros géneros. Es aquí cuando la esencia puramente indie sale a escena para jugar, nunca mejor dicho, con nuestros sentidos. El jazz, la música de cabaré y el cine negro tiene aquí su propio ritmo y su significado. Por una parte, el ritmo que otorga cada melodía de este juego es bello, único y emotivo. Por otra, los puzzles son magistralmente imaginativos y con significado, pero no por ello fáciles.

El juego nos cuenta la historia de una chica llamada Didí, una niña atrapada entre la imaginación, la realidad y una pequeña familia rodeada de problemas. Su madre es una cantante de cabaré y su padre, un arriesgado “empresario” capaz de todo con tal de volver con su amada. En el medio y como protagonista principal se encuentra Dawn, la amiga imaginaria de Didí que tiene la habilidad de caminar entre las sombras, alternando el plano 3D de la realidad con el de dos dimensiones de la oscuridad, tal y como lo hace cierto personaje ataviado de un gorro picudo verde en su nueva aventura. Dawn, al contrario que su mejor amiga, sólo puede ver las sombras y escuchar las voces de las personas, aunque por alguna extraña razón no ocurre así con Didí.

En el intento de la pequeña hija por unir a la familia, la protagonista deberá de hacer uso de las luces y sombras de la oscura Paris noir para así, superar los distintos escollos que saltarán a la palestra puesto que Didí es incapaz por sí misma de desempeñar tareas que supongan un excesivo esfuerzo. Aunque eso sí, no por mucho tiempo ya que Contrast tan solo durará tres asaltos o mejor dicho, tres actos.

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Y es que tras unas primeras impresiones de lo más apetecibles, nos topamos con un juego corto en duración y que, con un poco de ingenio, los puzzles que ofrece serán despachados en un abrir y cerrar de ojos. La historia, sin llegar a ser aburrida, ofrece sólo los primeros compases de una melodía que se queda a medio componer y agrava aún más la falta de horas que engorden al título.

Gráficamente lo único que encontramos es un escenario precioso, lleno de detalles, mágico, evocador y que te transporta a la época del cine negro. Pero nada más. Contrast no es un juego de nueva generación y, ni mucho menos, hace alarde de serlo más allá de su puesta en escena artística. Graves son sus ralentizaciones en cualquier escenario y graves son sus problemas de jugabilidad, sobre todo en lo referente al manejo de Dawn y sus errores de programación, haciéndolo injugable en según que ocasiones. Hace alarde de la cacareada resolución a 1080p pero falla estrepitosamente en ofrecer una tasa de imágenes estable, quedando ésta en ocasiones muy por debajo de los mínimos aceptados 30 fps.

Como contrapartida, además del arte visual y cuidado que ofrece, se encuentra el apartado sonoro. La cantante de jazz Laura Ellis ha puesto la voz a los distintos temas creados de cero para el juego. Las voces han sido tratadas para sonar lo más parecido posible a las películas de la época y la calidad tanto de la música como de las voces rayan a un nivel excelente, quedando quizás algo por debajo la de Didí.

Iluminamos un poco el texto para dar las últimas pinceladas a este análisis. Contrast, actualmente en el lanzamiento de PlayStation 4, es un juego gratuito con una propuesta innovadora y poco exigente. En la parte negativa destacamos que es corto y lleno de errores. En ocasiones podemos quedarnos enganchados en alguna parte del escenario con los brazos abiertos o bien el control hace estragos en alguna plataforma que debemos superar.

A nivel visual es una obra de arte, de esas que a la industria le cuesta tanto ofrecer, como por ejemplo Bioshock y su tercera entrega Infinite. El uso de las sombras es impecable aunque con alguna pequeña incoherencia. Que por cierto, nos llega totalmente localizado al español aunque con algún que otro error garrafal.

67
Jugabilidad: 5
Gráficos: 7
Sonido: 8.5
Satisfacción: 6.5

Análisis

Contrast es, ante todo, un título mágico y evocador. Una puerta entreabierta al cine negro con un potente diseño artístico y una música de estupenda factura. Lástima que la misma se cierre con su escasa duración y sus agravantes fallos de programación.