Análisis Ratchet & Clank: Nexus

Insomniac Games y Naughty Dog son quizás dos de las compañías más veteranas en las consolas de Sony. De ellas salieron las ideas del peramélido (bandicut) más naranja de la historia y del dragón más adorable que haya sido creado nunca por parte de ningún diseñador. Evidentemente os hablamos de las sagas Crash Bandicoot y Spyro the Dragon.

Mientras que con Naughty Dog la compañía tomó un rumbo mucho más adulto dejando a un lado el género de las plataformas con el relevo de Jak & Daxter, lo cierto es que Insomniac, aún habiendo creado juegos como Resistance, sigue sin despegarse de este género que antaño le otorgó tantas glorias.

La desarrolladora californiana ha querido poner punto y final (presumiblemente) a esta generación con nuestro Lombax más carismático que haya pisado la faz del universo, y lo hace con Ratchet & Clank: Nexus. Un juego que, si bien puede no estar a la altura de los jugadores más exigentes, se convierte a la vez en una de las aventuras de esta saga más pulidas, divertidas e ingeniosas hasta el momento de este par de amigos.

La regla número uno de cualquier aventurero barra héroe, es que si tienes enjaulado a tu enemigo principal en estado de criosueño, no lo despiertes. Sobre todo si está a punto de cumplir cinco cadenas perpetuas en el complejo Vartax por el secuestro del presidente de Empresas Pollyx, como es el caso de Vendra Prog y su hermano, el cual sigue en paradero desconocido como Talwyn Apogee informó a los medios de prensa previamente.

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Como habéis podido deducir, Ratchet despertó a la poderosa bruja del espacio Vendra antes de tiempo, lo que conllevó sospechosamente a la aparición de su hermano Neftin Prog atacando a la nave donde Ratchet, Clank y sus amigos estaban, liberándose así la malvada bruja prisionera.

Sin darnos cuenta y tras unos breves vídeos introductorios para ponernos al día de lo ocurrido hasta ahora, deberemos de buscar y atrapar a la antagonista de este Nexus a lo largo y ancho de sus cuatro mundos. Sí, habéis leído bien. Ratchet & Clank sólo tiene cuatro fases (más un coliseo extra) que si a primera vista parecen escasos, a nivel jugable aún lo es más. Y aquí es donde viene la primera decepción con esta esperada nueva entrega de la franquicia.

Con tan sólo 5 o 6 horas de nuestra vida nos haremos con el final del juego en el modo más fácil, aumentando unas dos horas más en el nivel medio, algo que desde aquí recomendamos encarecidamente, ya que en el nivel más bajo de dificultad no vamos a caer en las garras de nuestros enemigos en ningún momento. De hecho difícil será incluso que nuestra vida baje más allá del 50%, y eso exagerando un poco. Suponemos que Insomniac ha realizado así el juego para que esta última aventura en PlayStation 3 pueda ser disfrutada por usuarios de todas las edades ya que, a nivel más alto de dificultad, el juego se vuelve mucho más interesante.

Lo peor de todo no es sólo su duración, ya que por el precio que tendrá el juego creemos que está bastante ajustado dada su calidad y siempre jugándolo en un modo de dificultad alto. Sin duda alguna y lo que más puede molestar a los jugadores es esa sensación de dejadez que hay en el diseño de niveles, y la total falta de aprovechamiento de todos y cada uno de ellos. El objetivo de cada nivel se basa casi exclusivamente en usar el nuevo accesorio o habilidades que conseguimos en él en un par de ocasiones, destruir enemigos, usar a Clank y viajar hasta otro nuevo mundo.

Hay objetos ocultos que encontrar, pero el mapa es tan pequeño y con tan pocos caminos secundarios que es difícil no encontrar dichos objetos en tiempo récord, quitándole así todo el interés de los mismos. Además, algunos de ellos se indican en los mapas, lo que no ayuda para nada a aumentar la dificultad.

Un quinto escenario hará su aparición a poco menos de mitad de la aventura, que no es ni más ni menos que una arena de combate en donde superar distintos retos en las tres copas diferentes que recoge, a saber entre bronce, plata y oro. Dichos retos se basarán en la eliminación de objetivos de un modo estipulado, bien haciendo uso de diferentes armas o mediante las nuevas habilidades adquiridas. Una vez más, tan sólo un par de ellas creará los problemas necesarios para que nuestra vida caiga a cero.

Obviando estos problemas que os hemos comentado, tenemos un resultado general bastante superior a la media, puesto que aunque la duración y los escenarios empañen la nota final, Ratchet & Clank: Nexus tiene las suficientes novedades e innovaciones como para alzarse entre los grandes del género.

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Una vez más nuestro amarillo amigo contará con nuevas armas, armaduras y mejoras. El elenco de armas es bastante amplio y recoge novedades como el Arma Pesadilla, que invocará fantasmas, goblins y demás parafernalias con el fin de distraer a los enemigos para darles su merecido a continuación. Otras empujarán a los malhechores con ondas de energía o lanzando granadas que, a su vez, sacarán más granadas. Todas y cada una de ellas tienen sus propios niveles y se mejoran mediante el uso del raritanio. Tres serán las armaduras que otorguen a Ratchet la protección necesaria para los combates.

A lo largo del juego encontraremos las ya famosas hoverbotas que nos permitirán desplazarnos de manera más rápida por el escenario y, de usar las distintas plataformas que sólo tendrán efecto si hacemos uso del antes mencionado accesorio. Tampoco faltará la habilidad de volar o de planear con la ayuda de Clank.

La novedad más importante es, sobre todo, la posibilidad de guiar a Clank en un inframundo con sabor añejo, ya que es comparable al diseño de los antiguos videojuegos de dos dimensiones. En él haremos uso de la gravedad guiando a Clank a través de sus fases evitando contacto con las dañinas superficies para así despertar a un ser “infra” y guiarlo hasta la entrada para poder desbloquear nuevos caminos para Ratchet. Sin duda son las fases más divertidas del juego y que, una vez más, no han sabido exprimido como hubiéramos deseado.

Ratchet, y sobre todo al principio del juego, también tendrá que lidiar con la gravedad rotando y desplazándose entre distintas plataformas, así como activar una suerte de corrientes entre distintos teleportadores para alcanzar superficies que serían inalcanzables de otra manera.

Estas son, a groso modo, las novedades más palpables de Ratchet & Clank: Nexus. Sin embargo, todo lo demás que ha hecho famosa a la saga como es la recolección de guitones destrozándolo todo a nuestro paso, algunas armas y su fantástico humor, sigue estando patente de una u otra forma en este nuevo capítulo.

Ratchet & Clank: Nexus se despide de PlayStation 3 (todo según afirmaciones de Insomniac, volvemos a recalcar) con un apartado técnico envidiable. Gráficamente estamos ante el mejor Ratchet & Clank de la saga, con unos escenarios repletos de detalles, cargados y una fluidez exquisita.Se acusan breves tirones en ocasiones donde hay demasiada sobrecarga gráfica pero serán muy puntuales y bajo según que circunstancias. No obstante el juego funciona a 30 FPS estables.

El modelado tanto de los personajes como el escenario raya la perfección. Es más, no hemos distinguido ni dientes de sierra ya sea en los personajes principales como en secundarios o enemigos. Si acaso el fur shading de Ratchet se nos antoja algo más bajo de lo que esperado, poniendo como ejemplo el fantástico trabajo realizado en este campo en juegos como Final Fantasy Crystal Chronicles de Gamecube, pero para nada es algo negativo o molesto, sólo es una mera mención destacable.

Los escenarios, como ya hemos dicho, son sólidos, perfectamente recreados y con muchos detalles, siendo la mayoría de estos destruibles y que tampoco afectan para nada el rendimiento del juego. Ratchet & Clank: Nexus es quizás el mejor de la saga en el apartado técnico y se nota nada más iniciar la partida.

Respecto al sonido más de lo mismo. Melodías al estilo retro 8 bits, grandes composiciones para cada momento del juego, un doblaje perfecto y como pocos se han visto en un juego de este tipo, y un carisma aportado por los profesionales que te hace identificarte rápidamente con los personajes.