Análisis Batman: Arkham Origins

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El caballero oscuro reaparece en consolas para contarnos su primer gran enfrentamiento con los villanos de Gotham
Por Antonio López 29 octubre, 2013

La saga Batman: Arkham ha consolidado al Protector de Gotham como uno de los grandes beneficiados en la presente generación de consolas. Si hasta hace solo unos años resultaba impensable ver un título de notable calidad protagonizado por el hombre murciélago, gracias a Rocksteady y su Batman: Arkham Asylum las cosas cambiaron a mejor, alcanzando un punto álgido por ahora insuperable con Batman: Arkham City.

Warner Montreal recoge el testigo y presenta una nueva aventura que, si bien no ofrece aspectos innovadores u originales para hacer de la saga algo aún más grande y épico, si plantea una aventura divertida y repleta de contenido que hará las delicias de los amantes del personaje. Batman: Arkham Origins aterriza en consolas de sobremesa para confirmar que un personaje de franquicia bien puede tener vida en el mundo de los videojuegos.

Origins nos narra los primeros pasos de Bruce Wayne y su álter ego Batman como Protector de Gotham. El hombre murciélago deberá hacer frente a ocho peligrosos asesinos que buscan hacerse con su cabeza para cobrar los 50 millones de dólares de recompensa que ofrece Máscara Negra, uno de los delincuentes más peligrosos de la ciudad. Cocodrilo Asesino, Bane, Deathstroke, Copperhead, Luciérnaga, Shiva, Deadshot y Electrocutor darán caza al murciélago en plena nochebuena, en la primera misión realmente compleja que afronta Batman en su carrera contra el crimen en ciudad Gótica.

La propuesta, al igual que las anteriores, presenta otros muchos personajes conocidos por los amantes de los cómics. De esta forma, clásicos como Pingüino, Joker o Enigma no faltan a la cita. Al igual que en Asylum y City, tendremos un objetivo principal que perseguir y una tremenda cantidad de contenido extra o secundario que completar siempre y cuando lo consideremos oportuno. Conseguir completar el 100% de la propuesta ofrece una tremenda cantidad de horas de juego, que se ven exponencialmente ampliadas en los modos de dificultad más altos. Mención especial para el ya anunciado modo Soy la Noche, en el que no tendremos más que una vida para intentar detener a los peligrosos villanos.

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La principal novedad en el plano argumental la encontramos en la presencia de varios villanos que no habían tenido presencia hasta la fecha en la saga Arkham o que habían aparecido muy de rebote. A pesar de ello, no todos estos nuevos villanos presentan el mismo carisma que los vistos hasta el momento, con un Máscara Negra que poco tiene que hacer frente al siempre peligroso Joker o, en el caso de algunos enemigos secundarios, un Sombrero Loco cuya misión palidece frente a las gloriosas fases de El Espantapájaros vistas en Arkham Asylum. No obstante, si algo ha sabido hacer con acierto Warner Montreal es crear un buen escenario para las diferentes peleas entre Batman y sus enemigos, con combates intensos y épicos como el protagonizado por el hombre murciélago y Deathstroke o la maravillosa pelea entre Batman y Deadshot.

No obstante, la sensación general que desprende en todo momento Batman: Arkham Origins es la de falta de valentía a la hora de atreverse a innovar en algún aspecto concreto de la propuesta. Todo resulta continuista en exceso, con mapas reutilizados, animaciones ya vistas y una sensación general de insatisfacción en ese aspecto. Aunque se había prometido una mayor libertad de movimientos y un enfoque sandbox más amplio, lo cierto es que Origins no ofrece nada que no pusiera sobre la mesa Arkham City hace unos años. Esto no significa que estemos ante un mal videojuego, simplemente ante uno que no ha querido o no sabido ampliar su universo para seguir haciéndose más importante.

Siguiendo con el tema de la continuidad, aquellos que hayan experimentado ambas propuestas previas de la saga descubrirán en seguida que no se ha cambiado ni un ápice de la jugabilidad. Los combates con los enemigos ordinarios se desarrollan de la misma manera, con combos de golpes, contraataques y movimientos especiales que deberemos ejecutar en el momento oportuno. Se aprecia una reacción más lenta de Batman a los ataques enemigos, algo que bien podría deberse a la inexperiencia del caballero oscuro en esta aventura.

En lo que respecta a los enemigos “grandes”, como ya hemos destacado, destaca la buena selección de ataques y la espectacularidad de las peleas, lo que aporta al conjunto una variedad necesaria y muy bien implementada. Para hacerlo todo mucho más duradero, Origins ofrece, al igual que las dos primeras entregas, una serie de retos o misiones secundarios que nos permitirán disfrutar de la hospitalidad gótica durante un buen montón de horas más. Aquí juega un papel esencial los objetos coleccionables de Enigma, que vuelve a convertirse en el amo y señor de los extras.

Habrá otras misiones secundarias que derivan, en el caso de conseguir todos los coleccionables, en la detención de algún famoso villano de la saga. Además, a lo largo y ancho del escenario podremos intervenir en una serie de delitos en curso que nos permitirán defender a los inocentes y, de paso, ganarnos unos valiosos puntos de experiencia que podremos gastar en mejorar nuestras habilidades o gadgets, otro de los puntos fuertes de la franquicia. Y es que no faltarán los mil y un objetos del cinturón mágico del mejor detective del mundo, con los que podremos noquear enemigos, volar paredes por los aires o atravesar Gotham a la velocidad de la luz.

No faltan escenarios del crimen sin resolver, en los que Batman podrá investigar los hechos gracias al Modo Detective, cuya principal novedad en esta entrega es la de reconstruir el delito permitiendo al usuario “moverse en el tiempo”, al más puro estilo de Remember Me. El mapa aparece dividido en varias secciones que podremos recorrer a una mayor velocidad gracias a los puntos de viaje rápido, aunque para acceder a ellos habrá que desactivar primero una serie de torres de comunicaciones pertenecientes al omnipresente Enigma. En Origins también tendremos ocasión de visitar ocasionalmente la Batcueva para conseguir mejores armas, curar las heridas y hablar con Alfred, el sabio mayordomo de Bruce Wayne. Además, podremos enfrentarnos a los clásicos desafíos de la franquicia, de los que hablaremos en la siguiente página.
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En el apartado visual, Batman: Arkham Origins luce exactamente igual que Batman: Arkham City. Esto se traduce en un mapa de dimensiones notables, unos diseños de niveles lineales pero repletos de detalles y unas animaciones correctas y fluidas. El problema, por denominarlo de alguna manera, reside en la poca exigencia autoimpuesta por Warner Montreal, que por no querer arriesgar ni un poquito ha preferido mantener todo tal y como lucía en las propuestas de Rocksteady. Los fans del hombre murciélago disfrutarán de la historia, de las secuencias cinemáticas y de los grandes momentos que ofrece el título, pero los más exigentes nos preguntamos si Arkham Origins no hubiera podido ir más allá y parecerse a los grandes títulos que han salido en 2013 y que representan el final de una generación por todo lo alto.

La imagen se resiente en varias ocasiones, algo que no afecta a la jugabilidad pero que llama la atención a estas alturas. La reutilización de escenarios también llama la atención de todos aquellos que hemos jugado a las entregas previas, aunque seguramente pase inadvertido para quienes no hayan probado nunca antes un juego de la franquicia Arkham. La utilización del Unreal Engine 3 nos presenta unos modelados ya de sobra conocidos, solventes y efectivos, ante los que poco podemos añadir tras descubrirlos en Asylum y City previamente.

Mención especial para el apartado sonoro de la propuesta, que llega totalmente localizada al español, con una excelente labor de Claudio Serrano en la voz de Batman, al igual que sucedía en las tres películas dirigidas por Christopher Nolan. Los villanos principales también están sobresalientemente interpretados y solo echamos en falta una mayor selección de voces para los enemigos cómunes. No obstante, y desconocemos si por culpa de nuestro equipo audiovisual, determinadas cinemáticas pierden volumen en las conversaciones, por lo que nos vimos obligados a jugar con el mando a distancia para descubrir qué se decían Batman y compañía.

La banda sonora, por su parte, presenta melodías y partituras que ya habíamos tenido ocasión de escuchar previamente, reforzando aún más esa continuidad extrema que plantea Origins con el resto de la franquicia Arkham. La biblioteca de sonidos, en líneas generales, ofrece una buena selección de efectos para golpes, caídas, disparos, gritos y demás parafernalia propia de una ciudad sumida en el caos. Todo esto da como resultado un apartado técnico notable, sobresaliente por momentos, pero que no representa un salto de calidad tan grande como el que significó Arkham City con respecto a Arkham Asylum.

Como decíamos antes de adentrarnos en cuestiones visuales y sonoras, Batman: Arkham Origins también presenta los ya clásicos desafíos que nos permiten obtener una serie de recompensas y coleccionables, así como garantizan una mejor soltura a la hora de realizar los diferentes combos y ataques especiales que podemos llevar a cabo con Batman. En esta ocasión, el centro de desafíos lo encontramos disponible en la Batcueva, pudiendo acceder en cualquier momento de la aventura.

Ya desde el menú de inicio descubrimos el modo multijugador del título de Warner Montreal, la auténtica novedad real de la propuesta. Aunque no se vaya a convertir en uno de los más jugados de PSN, lo cierto es que plantea una original premisa, con dos grupos de jugadores enfrentados entre si por el control de un determinado mapa, dando vida a dos bandas de criminales. Lo interesante del asunto viene dado por una tercera vía compuesta por dos jugadores metidos en la piel de Batman y Robin.

Mientras la mayoría se dedica a intentar hacerse con el poder y a ganar la partida, los jugadores que tienen el control de Batman y Robin deben utilizar sus habilidades para sembrar el temor en el resto de jugadores, pudiendo terminar con el crimen y alzarse así con la victoria en este interesante modo de juego. Aunque no añade una gran duración al título, funciona como curioso y divertido extra, complementando la campaña sin empañarla y sin quitarle la importancia que esta merece. Justo como deberían ser la gran mayoría de modalidades en línea.

No queremos terminar sin destacar los también habituales trofeos y extras de la saga Arkham, con modelados de personajes en 3D que iremos desbloqueando al completar determinados objetivos y una mayor cantidad de desafíos disponibles que conseguiremos cuando avancemos en la trama. Y es que hasta en estos aspectos es continuista Arkham Origins. Algo que no es malo, ya que mantiene la unión de la franquicia, pero denota cierta pereza por parte de Warner Montreal, que ha preferido ir a lo seguro en lugar de arriesgar aunque solo fuera en algún momento concreto de la jugabilidad.

Batman: Arkham Origins no arriesga. No busca sorprender como en su día lo hizo el sobresaliente Arkham Asylum o el también enorme Arkham City. La fórmula del éxito ya había sido descubierta por Rocksteady (que seguramente trabaje en un Batman next-gen en algún lugar escondido del mundanal ruido) y Warner Montreal se ha limitado a seguir los pasos, a leer el manual de instrucciones. Y esto se traduce en un título notable, con momentos épicos, divertido en lo jugable y más que digno en lo visual. Pero está falto de pasión y eso se aprecia también a lo largo de la campaña.

Que algunos villanos tengan menos carisma que una mosca (lo de Electrocutor es realmente alarmante) y que otros estén terriblemente desaprovechados (Cocodrilo Asesino daba mucho juego en Asylum y aquí es un mero extra, cual Mathew Fox en Guerra Mundial Z) tampoco ayuda a alcanzar el glorioso nivel de las dos entregas previas. Con todo, y que quede claro, Origins resulta divertido, algo que no todos los videojuegos de hoy en día pueden decir. Varios giros argumentales (no excesivamente inesperados, pero si deseados) elevan el listón y hacen de esta aventura una propuesta ideal para fans del hombre murciélago y para todos los que quieran descubrir una de la franquicias que mejor sabor de boca ha dejado en esta generación.

80
Jugabilidad: 8
Gráficos: 9
Sonido: 8
Satisfacción: 7

Análisis

La nueva aventura interactiva de Batman es una propuesta notable que gustará a los fans del caballero oscuro, aunque resulta en exceso continuista y algunos villanos pecan de tener poco carisma. Warner Montreal hace un buen trabajo pero no alcanza un resultado sobresaliente como Rocksteady.