Análisis Lone Survivor: The Director’s Cut
Que los videojuegos de terror de gran presupuesto no pasan por su mejor momento es algo indiscutible. Las entregas más recientes de franquicias respetadas hace años dentro del género como Resident Evil o Silent Hill no consiguieron reavivar el interés del público por el survival horror, algo que si han conseguido juegos de menor presupuesto, como Amnesia, Slender o Lone Survivor, una de las más recientes sorpresas del panorama independiente.
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Tras pasar por el mundo del PC, la propuesta de Jasper Byrne da el salto hasta PlayStation Network para aterrizar directamente en el catálogo de juegos descargables de PlayStation 3 y PlayStation Vita. Bajo su sencilla apariencia hemos tenido la ocasión de redescrubrir un título que ya nos causó verdaderas pesadillas en el pasado y que ahora, bajo el subtítulo de The Director’s Cut, confirma lo directo y fácil que resulta generar desconcierto en el usuario si se tiene el talento para lograrlo.
Lone Survivor nos mete en la piel de un superviviente atrapado en un bloque de apartamentos tras el fin del mundo. Su principal objetivo será dejar atrás su cárcel de cemento para buscar algún superviviente, así como víveres que le permitan seguir con vida, para lo que deberá encontrar una forma segura de abandonar el edificio, plagado de monstruos sedientos de carne humana y paranoias propias de las películas más desfasadas de Léos Carax.
La propuesta de Curve Studios se aleja del terror directo o de susto fácil para presentar una obra donde el miedo proviene directamente de la psique del personaje, que sufre todo tipo de alucinaciones debido a la falta de alimento y de contacto humano, algo que nos mantendrá de manera constante con una pregunta en mente: ¿Qué es real y que no lo es? Encontrar la respuesta no resultará nada sencillo, sobre todo si tenemos en cuenta la escasa resistencia de nuestro protagonista y las pesadillas que sacuden su mente si no se encuentra perfectamente descansado o alimentado.
Como decimos, el objetivo principal será escapar del bloque de apartamentos, aunque la tarea no resultará sencilla y presentará una serie de puzles y acertijos a resolver para poder llegar al final de esta enfermiza aventura con vida. La trama se puede completar en unas seis horas la primera vez, aunque el modo New Game + nos permitirá descubrir interesantes variantes en la historia, así como su modo de dificultad máxima nos pondrá la piel de gallina en múltiples ocasiones.
A lo largo de la campaña deberemos prestar atención a los comentarios de nuestro protagonista, que se verá fuertemente afectado por la falta de sueño o de alimento. Si no hacemos caso de sus palabras y decidimos no alimentar su apetito o dejarlo descansar, el superviviente comenzará a experimentar alucinaciones que ralentizarán su paso y harán más difícil su tarea. Por este motivo resulta ideal investigar todas las habitaciones que podamos y recolectar todos los víveres y objetos que encontremos a nuestro paso, aprovechando que el inventario no tiene límite de espacio.
En Lone Survivor exploraremos el escenario de forma lateral, aunque al consultar el mapa lo hagamos desde una vista cenital, lo que puede ocasionar momentos de confusión problemáticos que acaben con nuestra salud, algo que también propicia la inexistencia de la pausa al abrir el mapa. El sistema de apuntado también nos pondrá las cosas difíciles, ya que no podremos apuntar a los enemigos a la cabeza hasta tenerlos muy cerca. La munición será escasa, aunque por suerte podremos evitar a los monstruos de diversas formas, como arrojando carne podrida a un punto determinado del pasillo o utilizando una bengala que los dejará fuera de combate momentáneamente.
Para movernos más rápidamente por el bloque de apartamentos podremos utilizar una serie de espejos que nos llevarán de un punto a otro de forma inmediata, confirmando una vez más que la salud mental de nuestro personaje no pasa por su mejor momento. Como en los primeros Silent Hill, tendremos que aprovechar la oscuridad, vigilar las baterías de nuestra linterna y prestar atención a todos los sonidos del entorno para hacernos una idea de lo que podemos encontrar al abrir una puerta o avanzar por el pasillo.
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Que el acabado gráfico de Lone Survivor no os lleve a engaño. A pesar de su sencilla puesta en escena, la propuesta de Curve Studios consigue generar una sensación en el usuario que pocos títulos han conseguido en los últimos años. Para ello es indispensable que, como jugadores, os dejéis llevar por la propuesta, y eso implica adentrarse en un mundo de corte retro y jugabilidad clásica que no resultará del agrado de cualquier tipo de usuario.
El diseño de los enemigos, así como de todos los personajes que aparecen el título resulta notable, aunque es evidente que no nos encontramos ante un juego que apuesta por la potencia gráfica como razón de ser. No obstante, resulta de lo más interesante comprobar cómo juega Lone Survivor con los efectos de luz y sonido, logrando que unos cuantos píxeles y un puñado de animaciones generen más conjoga que las últimas entregas de los antaño considerados mejores suvival horror del sector.
La primera vez que jugamos a Lone Survivor, unos consejos del creador y artífice del título nos recomendarán disfrutar de la propuesta en completa oscuridad y con unos buenos auriculares o un sistema de audio de calidad. Si optamos por seguir estos consejos disfrutaremos de una experiencia única, que nos mantendrá pegados a la pantalla casi sin pestañear. El principal problema que presenta Lone Survivor lo encontramos en sus textos, en perfecto inglés, lo que supondrá un inconveniente importante para muchos, ya que en más de una ocasión no sabremos qué hacer o a dónde ir por no haber entendido alguna frase.
Además de lo anteriormente destacado, Lone Survivor presenta varias característica que lo diferencia de su versión para compatibles. El título ofrece opción de Cross-Buy, por lo que una vez hayamos pagado por él en PSN podremos descargarlo tanto en nuestra PS3 como en nuestra PS Vita. Además tenemos la opción Cross-Save, que nos permite retomar la aventura en cualquiera de las plataformas PlayStation con nuestra partida guardada.
Además de una sistema de iluminación mejorado con respecto a la versión de PC y de las opciones de Cross-Buy y Cross-Save, el otro gran aliciente de Lone Survivor en PS3 y PS Vita es el modo de juego New Game +, que ya hemos mencionado anteriormente. Una vez terminado el título por primera vez podremos volver a experimentar la historia eligiendo esta opción, lo que nos permitirá descubrir nuevos puzles y diálogos, así como más objetos con los que interactuar y más situaciones escabrosas y delirantes que superar.
Todo lo anterior supone un verdadero reto para el jugador, que puede optar por intentar completar Lone Survivor en el máximo nivel de dificultad, aunque esta opción no resultará apta para los jugadores poco experimentados en el género. Curve Studios y Jasper Byrne han trabajado duro y a conciencia para crear la versión de consola más plausible posible de Lone Survivor, llevando las sensaciones del PC a PS Vita o al DualShock sin perder su autenticidad y adaptando controles y sensaciones de forma notable.
No terminamos sin destacarlo una vez más, el mérito de Lone Survivor reside en su aparente sencillez, capaz de generar terror con unos gráficos que no llamarán la atención de los jugadores novatos o menos interesados en descubrir una experiencia única. El título no hace alardes tecnológicos y ni siquiera busca sorprender con su planteamiento, pero resulta toda una delicia comprobar como un homenaje al survival horror adquiere personalidad propia y supera a muchos de los últimos exponentes del género.
Jugarlo en completa oscuridad se antoja imprescindible, así como armados con unos buenos auriculares. Después solo falta que, como usuarios, nos dejemos llevar por la ida de cabeza perpetrada por Byrne y Curve Studios, que bebe de los mejores ingredientes de la trilogía original de Silent Hill, la escasez de recursos del primer Resident Evil y de las enfermizas ideas de los primeros trabajos de David Lynch para sumergirnos en una historia que no deja indiferente.