Análisis Rain

75
Lo nuevo de Japan Studio llega a PS3 como un recuerdo melancólico bañado por la incesante lluvia del otoño
Por José Luis Fernández de Corpa 1 octubre, 2013

Ante la enorme oferta de acción y adrenalina que puebla el catálogo de cualquier sistema de juegos, llega la última apuesta de Sony en forma de densos nubarrones dispuestos a descargar sobre nosotros prístina y cristalina agua de lluvia a raudales. Apadrinado por la compañía de PlayStation gracias a su programa de jóvenes talentos japoneses denominado C.A.M.P, y en colaboración con Acquire, padres de la saga Tenchu, lo último de Japan Studios invita a evocar sentimientos de melancolía en el jugador, mientras desata los acontecimientos de una fábula original y bien narrada.

Como todo cuento que un buen cuentacuentos aspire a contar, debe de empezar con algo ordinario, tal que un niño en la cama que mira cómo la lluvia cae a través de la ventana de su cuarto. Y como en todo cuento, pronto ocurrirá algo extraordinario, como una silueta en forma de niña perfilada por la lluvia que es perseguida por un no menos translúcido ser maligno. Por último, la épica que requiere este tipo de historias impulsará a nuestro muchacho a seguir a la joven, y sin saberlo se adentrará en un mundo en el que también perderá su imagen y su voz, quedando tan indefenso como la persona a quien desea proteger.

[videolpo]7227[/videolpo]
De esta forma y mientras suena el tercer movimiento de la Suit bergamasque para piano, Rain consigue en apenas unos minutos atar nuestro estado de ánimo a su desarrollo, invadiendo al jugador una sensación de melancolía que se acentúa por el constante caer de la lluvia en medio de la noche. Un estado de ánimo que por desgracia, no consigue mantener de principio a fin, y sin embargo cuando lo hace resulta magistral. Es menester por tanto, hablar de unas cualidades que realmente son exquisitas en su puesta en escena, pero que sin quererlo, ponen de manifiesto aquellos aspectos que no han sido cuidados con el mismo esmero.

Jugablemente hablando, Rain presenta un esquema clásico a base de puzzles que se resuelven a tenor del entorno y las habilidades de nuestro aventurero infante: allá donde la lluvia no arrecie seremos invisibles, pero chapotear en los charcos o salpicarnos de barro delatará nuestra presencia, limitándose nuestros movimientos a andar, correr y realizar diversas acciones como abrir o cerrar puertas, accionar diversos interruptores o transportar objetos. Lo mismo ocurrirá con los enemigos que acecharán nuestros pasos constantemente, que puede que no los veamos o tengamos que engañarles para que nos persigan hacia una trampa mortal para ellos, o simplemente para despejar nuestro camino al siguiente reto.

Para todo amante de los planteamientos jugables más clásicos, Rain resulta muy disfrutable gracias a la variedad de situaciones que se presentan al jugador mediante la posibilidad de combinar diferentes situaciones, entornos y posibilidades. El pero viene por la poca naturalidad con la que es presentado cada nivel a superar, pues en demasiadas ocasiones será obligatorio exponerse a una muerte segura para saber qué ocurrirá cuando volvamos a llegar al mismo punto. Y es que una cosa son las mecánicas de ensayo/error, y otra muy diferente que los retos queden premeditadamente ocultos, obligándonos a ir a ciegas tantas veces como sea necesario hasta que nos hagamos una idea completa del puzzle a resolver.

Si bien el juego tiene un diseño artístico sobresaliente, el modesto apartado técnico acaba por empañar tan loable esfuerzo creativo, ya que pronto nos invade la sensación de que estamos ante un desarrollo originalmente planteado para PS Vita, que se ha portado rápidamente a PlayStation 3 por alguna incomprensible decisión salida del departamento de marketing. Nadie dice que un juego de bajo presupuesto deba ser malo por ello, pero volvemos a la tónica que indicábamos en un principio: los grandes aciertos acentúan los puntos menos trabajados, como por ejemplo una gran banda sonora y mejor sonido de la lluvia al repiquetear contra el escenario, hacen chirriar al resto de efectos sonoros por lo genéricos y monótonos que resultan.

Tampoco su duración es un punto destacable, ya que si bien nos ha tomado más de una docena de horas completarlo, pesa demasiado la cantidad de veces que la oscuridad se traga a nuestro pequeño e indefenso héroe sin motivo, sólo por no saber presentar cada reto de forma correcta. Por último tampoco aspira a ser un título rejugable, por lo que sólo queda disfrutar de él hasta que se termina, y una vez vivida la experiencia que propone olvidarlo por completo. En definitiva nos encontramos ante un juego que destaca sobremanera en su faceta artística y auditiva, que sin duda evoca al jugador sentimientos que llegan a encoger el corazón alentando al sosiego y la melancolía, pero que deja poco trabajados aspectos que hacen de un juego algo intrínsecamente interactivo.

75
Jugabilidad: 7
Gráficos: 7
Sonido: 8
Satisfacción: 8

Análisis

Original propuesta creativa que invita a relajarse gracias a su diseño, mejor banda sonora y excepcional narrativa que acompaña a un sistema jugable de corte clásico, el cual se ve lastrado por no cuidar la experiencia en conjunto, así como la sensación de ir guiado de nivel a nivel sin invitar al jugador a volver a superar los retos anteriores.