Análisis Killer is Dead

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Goichi Suda vuelve a la carga con una propuesta arriesgada que encantará a los fans del creativo japonés
Por Antonio López 11 septiembre, 2013

Las obras de Suda 51 y del estudio Grasshopper Manufacture no son fáciles de digerir y Killer is Dead no es una excepción. El equipo responsable de propuestas como No More Heroes y Lollipop Chainsaw vuelve a la carga para ofrecerle al sector de los videojuegos algo diferente y original, alejado de los productos típicos que aterrizan en las tiendas semana tras semana. Lo cual no significa que sea bueno, simplemente diferente. Arriesgado también.

Vaya por delante esta premisa: Killer is Dead no es un título para todos los públicos. Habrá jugadores que lo amen con todas sus ganas y otros que lo detesten con toda su alma, como viene siendo habitual con los juegos sacados de la imaginativa y delirante mente de Suda. El mundo que rodea a esta aventura de acción es tan inesperado y aleatorio que una cosa está clara: lo nuevo de Grasshopper llama la atención a cada segundo de juego.

Entrar a valorar el argumento de Killer is Dead es poco menos que intentar discernir entre lo ridículo y lo sublime en La Hora Chanante. El jugador se mete en la piel de Mondo Zappa, un asesino que debe viajar por el mundo para cumplir los diferentes encargos para los que la organización en la que trabaja es requerida. La propuesta se articula en torno a varios capítulos en los que deberemos luchar contra diferentes enemigos hasta llegar al monstruo final, siempre secundados por personajes de toda índole y condición, sin olvidarnos de las sensuales compañeras de Mondo.

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Killer is Dead se asienta en una jugabilidad directa y sencilla, al menos en apariencia, en la que solo deberemos pulsar un botón para ejecutar los diferentes movimientos de nuestra katana, la estupenda hoja Gekkou, que nos permitirá librarnos de los enemigos conocidos como Wires. Según aniquilemos a estos monstruos podremos recoger automáticamente diferentes objetos que nos permitirán mejorar nuestras habilidades y estadísticas (mejorando la barra de salud, por ejemplo), haciendo de Mondo un asesino aún más peligroso.

La sangre de los rivales será recogida de manera automática por Gekkou, lo que nos permitirá realizar ejecuciones especiales y el ataque conocido como Adrenaline Burst, imprescindible para eliminar a los enemigos finales y más peligrosos, un combo devastador que demuestra el verdadero potencial “mata monstruos” de nuestros protagonista. Además, con la sangre recolectada tendremos ocasión de utilizar una segunda arma, el brazo mecánico Musselback, con el que tendremos ocasión de disparar a cualquier bicho que se mueva dentro de nuestro rango de acción.

Junto con las misiones principales, Killer is Dead nos presenta diferentes minijuegos y misiones secundarias que amplían la experiencia ideada por Suda 51 y su equipo, todas ellas accesibles tras localizar a la enfermera sexy, Scarlett, al finalizar cada nivel. Por una parte descubrimos las misiones de gigoló, en las que deberemos conquistar el corazón de alguna fémina a base de regalos y miradas furtivas a su escote y otras zonas calientes (en serio) y por otra accederemos a diferentes minijuegos extraídos directamente de la historia principal que añaden más duración a la propuesta. Killer is Dead es un título corto (no llega a las ocho horas), por lo que seguramente algunos usuarios quedarán decepcionados ante la escasa duración de la propuesta.

El nivel de dificultad juega un papel importante dentro de la experiencia que propone Killer is Dead, por lo que aquellos interesados en conseguir superar el título al 100% deberán optar por el nivel máximo, todo un reto al alcance de los jugadores más experimentados. Cada una de las diferentes misiones nos plantea un tipo de jugabilidad diferente en ciertos aspectos, aunque seguir el camino de la historia será completamente lineal. La increíble creatividad de Grasshopper Manufacture termina pasando factura y afecta al desarrollo jugable de la trama, que dejará a muchos jugadores con una sensación agridulce tras completar la propuesta.

Para hacer algo más variada la aventura y alejarnos ocasionalmente de los escenarios pasilleros y cerrados, Killer is Dead plantea varias escenas motorizadas o de persecución bien representadas y de lo más divertidas, con mención especial para los monstruos finales de cada capítulo. Estos grandes enemigos nos obligarán a ofrecer lo mejor de nosotros mismos para poder acabar con ellos, aportando la variedad necesaria al conjunto de monstruos horripilantes a los que deberemos aniquilar.

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Pero, dejando a un lado cuestiones jugables, el gran acierto y atractivo de Killer is Dead lo encontramos en su apartado artístico. Suda se ha caracterizado siempre por ofrecer unos personajes delirantes e imaginativos que se han ganado un puesto distintivo dentro del sector. En esta ocasión descubrimos los que, posiblemente, sean los personajes con más carisma del universo ideado por el creativo nipón, con Mondo Zappa y su genial concepto artístico a la cabeza, sin olvidarnos del gran Bryan, jefazo de Mondo.

Imposible no destacar el estupendo diseño de los personajes femeninos, tan húmedos como imposibles, otra de las señas de identidad del calenturiento Suda 51. La presentación de los diferentes niveles también resulta de lo más llamativa, aunque apreciamos ciertas carencias en los mismos, algo que termina remontando el vuelo gracias a la curiosa estructura narrativa de la propuesta, que se asienta excesivamente en las escenas cinemáticas y las pantallas de carga, aunque las primeras resultan en la mayoría de los casos verdaderas joyas de la imaginación.

Aunque a nivel artístico nos encontramos ante una joya, a nivel gráfico descubrimos una obra menos redonda, con algunos problemas de sincronización horizontal al mover la cámara libre a gran velocidad, texturas que tardan en cargar y escenarios algo pobres en detalles de manera ocasional. No obstante, Killer is Dead no busca ser un referente gráfico en ningún momento, por lo que aquellos que se dejen llevar por la propuesta y sean capaces de seguir la trama del título dejarán de lado estos inconvenientes para seguir de cerca la evolución de Mondo como ejecutor.

Además del apartado artístico, Killer is Dead destaca por ofrecer una excelente banda sonora cargada de ritmos propios del jazz y el blues, aderezados por diversas sinfonías melódicas que elevan la clase del resultado final varios puntos por encima de lo esperado. El título cuenta, además, con una biblioteca de sonidos bastante aceptable, por lo que se aprecia el mimo puesto en el apartado sonoro por parte de Grasshopper Manufacture, que siempre ha prestado especial atención a la música de sus propuestas.

Killer is Dead llega a España con dos opciones de audio disponibles. Podremos elegir entre el doblaje al inglés o al japonés de la propuesta, siendo la segunda opción la más destacada, recomendable y disfrutable gracias a los buenos subtítulos en español que presenta el título. Propuestas como la que nos ocupa piden a gritos respetar el idioma original en el que fueron concebidas, por lo que resulta de agradecer ese respeto por la lengua nipona que tanto agrada a los fans de lo oriental.

El aluvión creativo del que hace seña Killer is Dead redondea un apartado técnico de lo más llamativo, que demuestra el hueco aún disponible para las propuestas más alejadas de lo habitual dentro del sector. A pesar de las carencias gráficas, lo nuevo de Suda 51 aprovecha su creatividad artística y sonora para conformar una más que destacable propuesta para los fans de Grasshopper, aunque sin duda inaguantable para los jugadores menos atraídos por la mente del creativo.

Las particularidades de Suda 51 como creador de videojuegos aparecen resaltadas una vez más en Killer is Dead, un título que, como ya hemos destacado, encantará a los amantes de los juegos de Grasshopper Manufacture y creará úlceras en los jugadores menos interesados en su obra. Asentado en una creatividad y una originalidad sin límite, el título se antoja corto y algo escaso de contenido, con determinados fallos gráficos que lo alejan de una mejor valoración.

Artísticamente sobresaliente, con una banda sonora deliciosa y algunos de los momentos más delirantes, húmedos, enfermos y extraños que han salido de la mente de Goichi Suda, Killer is Dead confirma que aún queda sitio para las propuestas más arriesgadas y diferentes, capaces de olvidarse por un momento de los géneros y clichés tan de moda estos días. El jugador debe saber si es capaz de dejarse llevar por la rareza o prefiere sentarse a charlar con viejos conocidos.

Lo mejor:

  • Original y creativo.
  • Alejado de cualquier convencionalismo.
  • Artísticamente único.

Lo peor:

  • Determinados fallos gráficos.
  • Duración escasa.
  • Poco rejugable.

75
Jugabilidad: 8
Gráficos: 7
Sonido: 8
Satisfacción: 7

Análisis

Killer is Dead presenta un apartado artístico remarcable aunque de corta duración, con determinados inconvenientes gráficos que evitan una mejor valoración final. Los amantes de Suda 51 lo amarán mientras que el resto de jugadores lo detestarán o quedarán abrumados por lo poco habitual de la propuesta.