Análisis Rayman Legends

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Un videojuego de plataformas que sorprende, ya no solo por su espectacular apartado estético, sino por un planteamiento jugable difícil de superar dentro del género
Por Sergio Melero 26 agosto, 2013

Tras varios años disfrutando de unas largas vacaciones, Rayman ha vuelto a colarse entre los protagonistas indiscutibles del género de las plataformas, cuya máxima popularidad se divisa ya lejana (durante la gloriosa época de los 16-bits). No cabía la menor duda de que, tras ser delegado a un segundo plano a favor de los ultra-famosos Rabbids (cuyo valor como icono trasciende la calidad de sus juegos, para llegar a servir como referencia de marcas tan conocidas como Disney o McDonalds), el descarado personaje desprovisto de articulaciones reclamaría de nuevo su lugar.

Fue con el lanzamiento de Rayman Origins cuando las plataformas bidimensionales dibujadas a mano regresaron, con una fuerza estética y jugable que pocos hubiesen imaginado. Su planteamiento global, tanto en solitario como sacándole el máximo partido al modo multijugador, volvió a sentar cátedra gracias a una propuesta de alto nivel. Cuando se anunció que su secuela se lanzaría de forma exclusiva para la última plataforma de sobremesa diseñada por Nintendo, muchos fueron los fanáticos de Origins que pusieron el grito en el cielo.

Cuando varios factores se alinearon, como si de una constelación de hechos cruzados se tratara (las súplicas de los fans y el discretísimo arranque de Wii U tuvieron buena parte de la culpa), Ubisoft anunció que Rayman Legends dejaba de ser exclusivo. Finalmente, el título que nos ocupa saldrá para también para PS3 y PS Vita entre otras importantes plataformas. Aunque la duda que nos asaltaba a todos era evidente, sobre todo en lo referido a las consolas sin opciones táctiles: ¿desaparecerían las fases diseñadas para este sistema de control o sería reconfiguradas con gran acierto? En el caso que nos ocupa nos hemos encontrado con segunda opción, pero ejecutada a medias. Pero este particular elemento lo estudiaremos más adelante.

El argumento de Rayman Legends es tan sólo un pretexto para disfrutar de una imaginativa aventura plataformera. El claro de los sueños ha sido de nuevo invadido por las más horripilantes criaturas, y sólo Rayman (acompañado de su cuadrilla de confianza) puede hacer algo por rescatar a los narigudos “teensies”. Además de contar con nuevas ambientaciones, que se centran en elementos rescatados de la tradición celta, la Grecia clásica o las festividades mexicanas por citar algunas de ellas, Barbara la vikinga hace especial acto de presencia como personaje jugable para ganarse desde el primer momento al jugador y arrebatar protagonismo a Globox, a Murphy y durante la experiencia de un servidor, incluso al irremplazable Rayman. Durante la aventura también deberemos rescatar a sus variopintas hermanas, hecho que ameniza nuestro viaje a lo largo y ancho de los divertidos (y muchas veces desafiantes) nuevos mundos del juego.

Las referencias jugables y estéticas de la producción que nos ocupa nos hace trasladarnos, en determinados momentos, a los años 90; más concretamente a la época donde Doug Tennapel sorprendió a propios y extraños con videojuegos de una estética preciosista a la par que gamberra. Estamos hablando de la inolvidable saga Eartworm Jim y de la obra maestra interactiva realizada a base de plastilina The Neverhood. El cuidado por el detalle tanto en los fondos como en la detallada animación de los personajes de Rayman Legends nos hace soñar ipso facto con un nuevo videojuego protagonizada por la lombriz de tierra embutida en un traje espacial, renovado con todo lujo de detalles gracias al motor UbiArt FrameWork.

Pero ahora Rayman Legends es el que sirve como referencia de calidad en el mundo de las plataformas laterales, tanto a nivel jugable como gráfico, dejando al mismísimo Mario en pañales a la hora de comparar Legends con la saga “New”. Y es que visualmente Rayman ofrece tantas capas de profundidad como sus propios fondos parallax, donde hasta el más mínimo detalle está dibujado a más de 1080p para que la cámara pueda realizar espectaculares zooms donde poder ver incluso la textura más detallada de la hierba o las madera.

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Las diferentes ambientaciones siguen un mismo canon de calidad estética, con paletas de colores variadas y gran variedad de elementos. En esta variedad también reside uno de los grandes triunfos del juego: cualquier pequeño detalle en la animación de los personajes principales, los secundarios y los que amenizan los escenarios ofrece una experiencia sin igual. Calidad, variedad y espectacularidad visual son palabras mayores hoy en día dentro del terreno bidimensional, y ahí Rayman Legends se alza para ofrecer un nuevo reto: lograr en la nueva generación de consolas algo tridimensional, cuanto menos la mitad de detallado y artísticamente cuidado como lo que pone en pantalla el título de Michel Ancel. La cosa está realmente difícil, os lo puede asegurar el que suscribe este artículo.

… y para los dedos. Otro de los grandes apartados de Rayman Legends reside en el sonido. Por un lado, la banda sonora del título fácilmente podría pertenecer a cualquier producción de Pixar, Disney, Bluesky Studios o Dream Works. La rica instrumentación céltica se combina con ritmos asincrónicos propios del Jazz, dinámicos acordes que nos remiten al Rithm’n’Blues o contundentes composiciones de Rock’n’Roll. La perfección sonora se logra con una librería rica, variada y llena de sonidos divertidos, delirantes voces y atractivos efectos, que sirven para amenizar tanto la acción principal como para elevar a otro nivel los combates contra enemigos finales o ambientar los menús del juego. Pero el sobresaliente en este apartado se lo lleva también porque la música de Rayman Legends tiene también repercusión en el aspecto jugable del título programado por Ubisoft Monpellier y orquestado por Christophe Héral.

Cada mundo contará, además de un boss exclusivo, con una fase musical propia. En dichos fases se combina con impresionante resultado la increíble versatilidad de Rayman Legends con la vertiginosa jugabilidad de un Guitar Hero. Si queremos superar dichos desafíos deberemos saltar, planear y golpear al ritmo de la música (afortunadamente muchas de ellas son grandes clásicos de la música orquestal, el rock o el Pop con su particular toque gamberro y original) para lograr la partida perfecta. Creedme que intentaréis aprender cada una de estas fases para dejar a vuestros amigos, literalmente, con la boca abierta de par en par al observar el festival de ritmos, sonidos, colores y efectos gráficos en perfecta armonía.

Pero el resto de la propuesta jugable no merece menos atención. Rescatamos la jugabilidad sólida como una roca de Rayman Legends (donde el salto, la carrera y el planeo se combinan como en ningún otro juego del género) para avanzar por nuevos y coloridos mundos, desbloquear 40 fases remasterizadas de Origins y disfrutar de inéditos poderes, enemigos más delirantes que nunca y la compañía de amigos como la intrépida Bárbara. Sin ninguna duda, un festival desafiante de gran variedad, impecable control y vertiginosa superación de fases en pro de ver qué sorpresas nos depara el título en cada nuevo mundo.

Y es que los mundos, como no podría ser de otra manera, resultan desafiantes hasta el extremo si queremos completarlos al 100%. Para ello, deberemos acumular un gran número de looms, rescatar a todos los “teensies” (muchos realmente escondidos) y lograr todos los cromos en aras de desbloquear mascotas, niveles de origins y sacos y sacos de looms extra.

Mientras más looms acumulemos, más avanzará nuestro nivel de “Aluciogenidad” y nuevos retos online se desbloquearán a nuestro paso. Como podéis ver, el título es muy completo, variado y desafiante. Para logar subir en el Ranking online Ubisoft nos plantea una gran oferta de desafíos diarios con los que pasar horas y horas pegado a la pantalla, eso sin contar la posibilidad de jugar en cooperativo/competitivo a las fases regulares, o disfrutar del divertidísmo Kung Foot (la versión del Fútbol reimaginada por Ubisoft) hasta con tres amigos más.

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Y es que el concepto inicial de Rayman Legends se ha basado en adoptar la calidad de Origins y llevarla a un nuevo nivel de variedad, eso sí manteniendo detalles de calidad como la jugabilidad en las fases acuáticas, todavía lejos de ser igualada por cualquier rival que se precie.

Legens se ideó desde el principio para combinar el sistema de control clásico de su inmediato antecesor con un buen cúmulo de fases pensadas para aprovechar la pantalla táctil de Wii U. Mientras que Vita se presta, sin ningún tipo de problema, a la conversión directa de este importante aspecto de Rayman Legends, la compañía francesa ha tenido que revisar completamente dicho elemento para trasladarlo de forma efectiva a PS3. Afortunadamente, no ha optado por la supresión directa de dichas fases, si no que las ha adaptado al control tradicional.

Las fases donde necesitamos la ayuda de Murphy estaban pensadas para que manejáramos al personaje con los dedos (activando dispositivos, eliminando determinados enemigos y neutralizando variados obstáculos) mientras el personaje principal avanzaba, saltaba y esquivaba automáticamente. En el caso que nos ocupa seguimos teniendo control total sobre el personaje principal, aunque las acciones de Murphy están simplificadas para activarlas pulsando un botón. Esto da lugar, para nuestra sorpresa, a una nueva dinámica jugable plagada de quebraderos de cabeza inesperados. Desafortunadamente, llegará el momento en el que muchos escenarios revelen su intención táctil inicial y, lo que es más preocupante, en algunas ocasiones desearemos saltar dichas fases o dejar el juego durante un rato para retomarlo más tarde, ya que el nuevo concepto no resulta, ni de lejos, todo lo divertido que demanda esta producción.

Un punto negro por el cual Rayman Legends para PS3 se queda a las puertas del sobresaliente, a pesar de contar con algunos apartados realmente impresionantes y ofrecer al jugador una caja de sorpresas llena de elementos dignos del mejor regalo navideño. De todos modos, todo parece indicar que la versión de Vita logrará suprimir de un plumazo dicha carencia, hecho que confirmaremos cuando tengamos el videojuego en nuestro poder.

Después de dos títulos con semejantes niveles de calidad, jugabilidad y virtuosismo estético, no nos queda otra opción que desearle una nueva y larga etapa a Rayman dentro del mundo de las plataformas.

Legends demuestra cómo los gráficos bidimensionales, tratados con cariño e ideados con la ambición de cualquier AAA, pueden dar lugar a una producción de gran impacto visual. El sonido completa un envoltorio de lujo para lo realmente importante: la variedad conceptual de Rayman Legends y su gran jugabilidad lo elevan hasta un nuevo nivel dentro del género.

En la versión de PS3, no obstante, nos hemos encontrado con una reconfiguración de las fases táctiles, obligatoria para que lo usuarios pudieran disfrutar de la experiencia completa que ofrece el juego sin adquirir un sistema de entretenimientos alternativo. A pesar de la buena labor del equipo de programación, dichas fases no alcanzan las cotas de diversión que caracterizan al resto del juego y se reivindican como uno de los puntos flojos de la producción de Michel Ancel.

Sea como fuere, Rayman Legends es un imprescindible para los amantes de las plataformas, una propuesta muy completa gracias a sus variados modos del juego. Si queremos la mejor diversión para un jugador, la experiencia es realmente gratificante. Si deseamos convertirnos en una leyenda online, los retos diarios nos pondrán a prueba dentro de una ecosistema internacional de alto nivel. Y si lo que nos apetece es pasar una tarde divertida aprovechando sus modos competitivos/cooperativos, Rayman Legends también nos ofrece un gran abanico en este sentido. Porque los fans de Rayman nos lo merecemos, y los apasionados de los videojuegos bidimensionales cada vez cuentan con menos excusas para defender dicha pasión: ¡larga vida a Rayman!

88
Jugabilidad: 8
Gráficos: 10
Sonido: 9.5
Satisfacción: 8

Análisis

Rayman Legends nos ofrece un apartado técnico de primer nivel, una variedad jugable sin igual y una gran experiencia multijugador. La adaptación de las fases táctiles supone una brecha en el camino, aunque el título que nos ocupa rebosa calidad por los cuatro costados.