Análisis The Cave

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Una aventura peculiar en una cueva llena de desafíos sorprendentes.
Por Manuel Gimeno 28 enero, 2013

Cuando un género determinado nos lleva acompañando desde tanto tiempo, es difícil que la sorpresa llame a nuestra puerta para hacernos recordar que no todo está dicho sobre esa determinada materia. Suele pasar a menudo con cualquier tipo de temática que podamos experimentar, ya sea ésta descubierta a través de la lectura, el cine o los propios videojuegos. Y es que la experiencia que en nosotros se almacena es sumamente exigente en proporción a la voracidad con la que es capaz de alimentarse la biblioteca de recuerdos que vamos llenando con cada nueva obra completada.

Porque más o menos siempre solemos esbozar algún tipo de esquema mental en el que los cánones establecidos por una serie de juegos –obviamente, el caso que nos ocupa- son inamovibles, por mucho que cada nuevo título aparezca con ganas de marcar un antes y un después en esa concepción que tenemos preestablecida. Algunos se centrarán en la historia, otros intentarán revolucionar la jugabilidad, mientras que los demás tal vez intenten aplicar una marcada seña de calidad a todos los aspectos técnicos que, por puro avance tecnológico, se van sucediendo con el pasar del tiempo.

En este caso, el juego que nos atañe –y pese a esta introducción algo reflexiva- tratará de hacerse un hueco en nuestra memoria por la personalidad tan característica que posee. Algo realmente difícil de conseguir, pues se asume que aglutina de alguna manera un poco de cada una de las vertientes antes señalas, extrayéndose de ellas cualquier toque original que en conjunto derroche un resultado llamativo y digno de ser destacado.

En realidad, poco menos se puede esperar cuando vemos que tras The Cave se esconde una de las mentes artífices de algunos de los momentos más memorables de aquello que podríamos denominar como historia de los videojuegos. Y es que Ron Gilbert ya sabe lo que es participar en algo que emane carácter de todas sus facetas, pues le preceden títulos totalmente atemporales como lo son las dos primeras entregas de Monkey Island o el propio Maniac Mansion. Una carta de presentación a todas luces impactante, y que se establece como punto de partida interesante para imaginar lo que nos puede deparar este nuevo proyecto.

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Argumento

Acostumbrados a grandes gestas de valerosos héroes o antagonistas de arrebatadora personalidad, es cuanto menos curiosa la forma en la que un escenario es capaz de acaparar todo la atención, dada su particular forma de hacerse notar. Pero, ¿cómo? ¿Un escenario? Diréis. Sí, no nos hemos vuelto locos, pero tal vez la aventura que estamos dispuestos a recorrer ponga a prueba las bases más estables de nuestra más firme integridad, o como mínimo la forma de entender el normal desarrollo de cualquier historia.

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Porque se podría afirmar con toda seguridad que el protagonismo de esta aventura no recae en unos personajes que se presentan como simples títeres dispuestos a complacer la diversión de un ente algo difuso como es The Cave. Un lugar ciertamente enigmático y cautivador que se dispondrá como base principal sobre la que ir superando una serie de pruebas que beberán única y exclusivamente de la compleción de los puzles dispuestos a ser resueltos, mientras amenaza la más malvada intención de impedir nuestro paso de las formas más imaginativas posibles.

Acompañando pues la narración tan socarrona con la que The Cave nos retará con grandilocuencia a superar cada uno de los retos dispuestos, nuestra historia irá tomando un cariz determinado dependiendo de los tres personajes que seleccionemos de los siete posibles. Una decisión que marcará de forma determinante la experiencia que vayamos viviendo cada vez que nos adentremos en la cueva, pues directamente relacionada con la jugabilidad estará las diferentes fases cuyo protagonismo recaerá sobre cada uno de estos pintorescos protagonistas.

Una intrépida aventurera, un caballero de dudosa honorabilidad, una viajera del tiempo con ganas de resarcirse, una brillante científica, un paleto de tierno corazón, un monje con aspiraciones ocultas o unos gemelos de malvadas intenciones, serán las marionetas que tendremos que elegir para llegar a la profundidad de una cueva que aguarda un reto totalmente personalizado para cada uno de ellos, además de otros tantos más genéricos que incrementarán más aún el uso de los tres personajes que elegiremos.

En la narrativa de nuestro verdadero protagonista, The Cave, reside la clave de todo el desarrollo de esta peculiar y fragmentada historia. La seguridad con la que habla y la conciencia en todo momento de los hechos que se van desencadenando, desembocan en esa sensación de sentirnos un poco en manos de un marionetista cuya personalidad nos gobierna en todo momento, pues en su continuo discurso tan característico y en su tono de voz se encuentra la particularidad más importante del título que tenemos entre manos.

Una forma de contar la historia que, como hemos dicho anteriormente, variará de manera clara dependiendo de las elecciones de personaje que realicemos, haciendo de cada incursión en The Cave algo único y distinto, y planteando desde el primer momento la necesidad de rejugarlo para llegar a alcanzar los trazos principales de una historia que contará con clichés varios, pero cuyo uso será empleado en darle varias vueltas al asunto, con connotaciones críticas en algunos de estos pequeños fragmentos argumentales. Recordemos quién está detrás de este título y las obras que le preceden, con lo que el humor más absurdo y la ruptura con los moldes a los que antes hacíamos referencia, serán lo más frecuente en esta particular visita turística.

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Jugabilidad

Lo que a todas luces se asemeja a un título enteramente bidimensional, que gira entorno a las plataformas y cuyo desarrollo no parece variar sobre otro cualquiera, contiene innegables elementos relativos a las aventuras gráficas, pues en la recolección de diferentes objetos, su correcto uso e incluso su combinación con otros, se halla la solución a la inmensa mayoría de los puzles que se nos irán proponiendo. Muchas veces nos exigirán un determinado tiempo de paciencia y reflexión para asimilar el uso de todos los elementos que dispondremos, siendo éste el motivo principal que alarga la duración de cada partida hasta las cinco horas de juego.

Sin embargo, y aunque es cierto que más de uno de estos puzles será bastante exigentes en su solución, la verdad es que el manejo de los tres personajes ralentiza de manera extrema un avance más rápido por los escenarios. El hecho de que tengamos que moverlos de uno en uno, y acompañando esto de las vueltas que le daremos a la resolución de los problemas, nos llevará a vagar de manera circular a menudo por el nivel, teniendo luego que colocar a cada uno en el sitio adecuado para cumplir con los requisitos pertinentes.

No es que sea realmente un fallo, pues en las determinadas características intrínsecas a cada personaje reside la variedad argumental y jugable del título. Lo que ocurre es que la elección de este desarrollo puede llegar a cansar, dando sensación de repetición al recorrer un mismo camino varias veces con diferentes avatares, buscando sin cesar una respuesta que muchas veces no será evidente a simple vista, y que en este caso sí resulta un reto que rompe con la facilidad de compleción que a veces impera en el sector.

Estos puzles contarán con la más curiosa solución y en ocasiones la sorpresa que se deriva de la originalidad de la propuesta. La frustración que en ocasiones sentiremos se verá totalmente recompensada con la satisfacción de hallar el resultado adecuado al problema, descubriendo finalmente divertidas y variadas secuencias que nos arrancarán más de una sonrisa. Cada nivel tendrá su puzle global, y la resolución de los problemas menores aportarán pequeñas soluciones al particular conflicto. Hecho que hace único además cada reto, y que irá siempre en consonancia con el carácter artístico propio de cada nivel.

Asumiendo la importancia que reside en el desarrollo de los rompecabezas y el uso de los tres personajes en cada momento para superar los diferentes retos, las plataformas pasan a un segundo lugar, puesto que su dificultad en ningún momento desentrañará ningún problema a la hora de superar cada fase. Ocasionalmente sí habrá alguna que otra actuación que requerirá de algo más de habilidad para acompañar a estos intrépidos individuos, pero realmente este tipo de recursos brillarán un poco por su ausencia.

Mención especial recibe la posibilidad de jugar en compañía de otras dos personas en un modo multijugador local, limitando de esta manera la posibilidad de compartir la experiencia salvando unas distancias que no siempre son accesibles al tener la obligación de jugar en un mismo lugar físico. Además, el hecho de que no haya una pantalla dividida en la que observar los movimientos de cada jugador hace extremadamente incómodo el desarrollo de la aventura, pues la interacción no se produce al mismo tiempo y deberemos esperar nuestro turno para avanzar en la tarea que se nos requiera en cada nivel.

Como venimos comentando anteriormente, cada uno de los siete candidatos a adentrarse en The Cave dispondrá de habilidades únicas que suponen la llave de entrada a niveles característicos adaptados a estos personajes, y que además aportarán fragmentos de su historia concreta. Y aunque se echa en falta un mayor uso de estos recursos particulares, esa es justo la clave de la experiencia única que vivirá cada usuario en su primer recorrido por el juego, variando notablemente la aventura en cada momento y siendo necesario además completar tres veces el recorrido para recoger toda la información necesaria de las siete historias, así como la amplitud total de la cueva.

Escasos son por otro lado los coleccionables que podremos ir recogiendo conforme avance la partida. Éstos se presentan en forma de pinturas rupestres que contienen una escueta imagen relacionada con la historia de los personajes que en ese momento estamos haciendo uso. No hay complejidad alguna en obtener la colección de cada uno de ellos, y el hecho de reducirse esta recolección a un solo tipo de elementos no añade una profundidad mayor, y que no hubiera desentonado en absoluto dados los largos paseos que llevaremos a cabo en cada nivel.

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Gráficos y sonido

The Cave cuenta con un apartado artístico realmente entrañable, y que da mucho carácter a la historia que se quiera contar en cada uno de los niveles. La transición entre cada una de estas fase s haciendo uso de determinados efectos de luz está realmente bien llevada a cabo, así como la decoración que dicha sección aporta a todos los elementos característicos que conforman cada nivel.

A destacar quedan sobre todo las animaciones de los personajes que resultan únicas en todos ellos, siendo el máximo exponente de esta cualidad la exhibición de las habilidades específicas que antes comentábamos. De la misma manera, las acciones más enfrascadas en las plataformas también contarán con su particularidad repertorio de movimientos, potenciando todo esto la importancia de completar la historia usando a todo el elenco de curiosos aventureros.

Sin embargo, se producirán ciertos problemas desencadenados a raíz de alguna que otra caída de las imágenes por segundo, sin encontrar motivo aparente a este fallo gráfico que, si bien no afecta a la jugabilidad, sí desdibuja un apartado que tenía aspiraciones de rendir a un nivel bastante elevado.

Por otro lado, se echa en falta una banda sonora con la suficiente calidad como para que su presencia no pase desapercibida, algo que no ocurre en The Cave. Quitando los curiosos efectos bien conseguidos que se extraen de la interacción de cada nivel, la música de ambiente no logrará en ningún momento acompañar a un apartado artístico y a una historia que si van en consonancia, siendo este el aspecto más pobre del apartado técnico.

Finalmente, es de recibo mencionar el monólogo tan original y divertido que lleva a cabo la cueva durante toda la historia, y aunque esta sucesión de mensajes se produzca en perfecto inglés, la entonación y el mensaje que veremos en los subtítulos al castellano aportarán en cada intervención todo un acontecimiento realmente memorable.

Conclusión

La última obra que lleva la inconfundible firma de Ron Gilbert, se presenta ante nosotros con una serie de recursos que nos serán familiares de manera evidente, dando su particular toque de originalidad a un género de plataformas que cuenta con una ingente cantidad de títulos en su haber, y que con los recursos heredados de antiguas obras antes nombradas se le intenta dar a The Cave una personalidad totalmente única.

Para ello tendremos a nuestra disposición un apartado artístico de buena factura y carácter, con una alta variedad en la temática relativa a cada uno de los niveles. Y junto a esto, una historia que no se conforma con los estereotipos mundanos, y que incluso llega a burlarse de ellos en la finalización de algún que otro reto particular. Sólo una banda sonora a la altura hubiera sido el requisito para acabar de redondear este conjunto de factores llamados a ir de la mano.

En conclusión, el nivel de los puzles será la piedra angular sobre la que gira cualquier tipo de intencionalidad de disfrute en el desarrollo del juego, y cuya resolución con los hasta siete personajes distintos que tendremos, será todo un verdadero reto para acabar de recorrer la enigmática cueva. Tal vez una mayor agilidad de uso con los tres personajes acabaría de sellar una jugabilidad totalmente dispuesta a exprimir al máximo el ingenio latente en nuestro seso.


Lo mejor:

  • La calidad y complejidad de los puzles propuestos.
  • El hecho de vivir una experiencia distinta dependiendo de los personajes escogidos.
  • Originalidad en el argumento que desarrolla el propio escenario.

Lo peor:

  • Se hace algo repetitivo en algunas ocasiones.
  • Ciertos defectos en la ralentización de secuencias.
  • Banda sonora poco trabajada y sin ninguna presencia.
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Jugabilidad: 7.5
Gráficos: 7.5
Sonido: 6
Satisfacción: 8

Análisis

Puzles cargados de originalidad y notable dificultad nos esperan al adentrarnos en The Cave. Las pruebas más complicadas –aunque algo reiterativas- de este misterioso lugar requerirán de la astucia de los siete personajes disponibles a elegir, superando junto a ellos todo un compendio de niveles característicos y argumentalmente relacionados con cada uno de estos curiosos aventureros.